Por: DiMaggio Abreu
Cierta noche de la semana precedente, el inmortal de Deporte Juan –Piñao- Ortiz nos reenvió por WhatsApp un video de los 21 pitcheos más difíciles de conectar en la historia de las Grandes Ligas, de los que Pedro Martínez es el único en ocupar dos lugares: el tercero por su cambio de velocidad y el primero por su poderosa recta, aunada a un descomunal control.
Entonces se nos ocurrió preguntar al otrora receptor del béisbol amateur por los lanzamientos más efectivos de su compañero en el poderoso equipo de la UASD y la Selección Nacional dominicana de la década 1970 y sus alrededores, Wilfredo Fernández.
“Tenía una recta de 92-94 millas, sinker natural y dos curvas: ¾ y por encima del brazo y muy buen control. Su problema era que no le dedicaba tiempo para entrenar a la capacidad de sus condiciones: si lo hubiese hecho, otro monstruo hubiese sido”, sustentó Ortiz
Nuestra indagatoria siguió por otros lanzadores de su época en el béisbol distrital como Roberto –Sosúa– Rodríguez y Pablo Alcántara.
Del nativo de Puerto Plata que lanzó para el Colgate, nuestro consultado resaltó: “Sosúa era tremendo lanzador, muy parecido a Wilfredo, pero la curva no era tan pronunciada; lanzador agresivo y retador, con muy buena velocidad, de pitcheos bajos, siempre”.
En cuanto a Alcántara, su compañero en la UASD, consideró: “Pablo fue similar a ‘Sosúa’ Rodríguez en sus primeros años; al final se convirtió en un veterano de la localización, ya no tenía su velocidad inicial, pero muy inteligente”.
Entonces entramos en territorio de otro monstruo del montículo de la época dorada del béisbol amateur, vegano y del conjunto Premier, José Joaquín Tineo, como Ortiz, inmortal del Pabellón de la Fama del Deporte dominicano.
“José Joaquín Tineo tenía todas las condiciones, similar a Wilfredo, pero con una elegancia en el box a lo Juan Marichal (inmortal de Cooperstown) y sumamente inteligente, lo tenía todo, muy trabajador en sus entrenamientos”, expresó del estelar hermano de la también inmortal, Dra. Heyda Joaquín.
La mención del vegano retrotrajo a la memoria de Ortiz al lanzador que entre 1967-1970 brilló en el béisbol de Santiago y la Selección hasta que fue firmado para el profesionalismo, y que asegura era “otro José Joaquín: Avelino Toribio.
“Avelino tenía muchas condiciones, y lo asemejo a Joaquín Tineo por su inteligencia y su agresividad; no se inmutaba por nada, le dieras un jonrón ni si te ponchaba”, sustentó del santiaguero.
Entonces le soltamos una interrogante de esas que ponen en aprietos y que por su inicial reacción captamos que lo dejamos frisado: ¿Para un juego por el campeonato, escoges a Wilfredo Fernández o José Joaquín?
“Daría 4 ½ innings a cada uno: eran competitivos los dos, no se cargaban de muchos lanzamientos e iban a lo que vinimos… a resolver”, zanjó después de tomarse su tiempo, respuesta que no esperábamos.
Seguimos el conversatorio sobre otros portentos del box de la época de oro del béisbol amateur, principiando por un inmortal que aún no ha sido exaltado al Pabellón de la Fama, el fenecido zurdo Johnny Olivo, pero lo dejamos para una próxima entrega.