Santo Domingo.-Como si se tratara de una mala jugada de la vida, el dirigente reformista José Cruz, condenado por falsificación de medicamentos, sufre de hipertensión crónica, diabetes y problemas renales.

Paradójicamente, los medicamentos que él vendía alterados al Ministerio de Salud Pública y a Promese son los que se utilizan para tratar esa dolencia.

Es decir, si él hubiese sido paciente de un hospital cuando le vendía medicamentos al Estado, hubiera corrido el riesgo de recibir fármacos con fecha vencida y con baja efectividad.

José Cruz llegó a un acuerdo con la Fiscalía del Distrito Nacional que permitió una condena de diez años, pero se le conmutó por los 15 meses que había estado en prisión preventiva.

Hoy está libre, pero en estado crítico de salud por la enfermedad que lo mantiene postrado, aunque atendiéndose con medicamentos de calidad, los mismos que él vendía adulterados.

De acuerdo a datos obtenidos por EL DÍA, el imputado está a la espera de un riñón compatible para trasplante, por lo que tiene que dializarse interdiario en la Plaza de la Salud.

Cruz logró librar parte de sus bienes, en especial aquellos que no se pudieron demostrar provenían de sus negocios como suplidor de medicamentos al Estado.