Madrid.- Un disco de amor, de concepto clásico, con una filarmónica que le da un gran empaque a las canciones sencillas que el dominicano José Antonio Rodríguez ha escrito para “Una más”, un trabajo que considera un “atrevimiento” porque se aleja de las modas actuales, del reguetón, el rap o la música electrónica.
Tras ausentarse pero nunca irse de la música durante los cuatro años que fue ministro de Cultura de su país, Rodríguez ha querido ahora ofrecer a sus seguidores las canciones que escribió antes, durante y después de ocupar ese cargo y para ello se ha rodeado de colaboradores de lujo, como explica en una entrevista con Efe.
Un disco que comenzó como un proyecto con pocas pretensiones y que se grabó inicialmente solo con voz y guitarra. Pero esa grabación le llegó a Pablo Milanés y al productor Miguel Núñez y ellos fueron los que decidieron de alguna manera que “tenía que tener un marco mucho más amplio que la guitarra».
Ahí entró la Filarmónica Nacional de Cuba, con la maestra Diana García al frente, que se encargó de grabar de nuevo los temas bajo la producción del británico Simon Fuller y con la colaboración en dos de las canciones de Pablo Milanés y Carlos Luis.
El resultado es un disco muy cuidado en el que la poesía de los temas de Rodríguez está arropada con mimo por los instrumentos de la filarmónica, un trabajo para ser disfrutado con calma, “con una botella de buen vino y una buena compañía”, señala el cantautor.
Un disco que apela “al tiempo de la gente, no al tiempo que le imponen a la gente”, que busca como oyentes a las personas “que entienden que la vida no puede seguir determinándole a uno el tiempo que necesita para estar con uno mismo».
Dedicado al amor en todas sus vertientes, “Una más” es un disco que no busca el éxito fácil, primero porque no hay fórmulas para lograrlo y segundo porque Rodríguez, en su ya larga carrera en la música, nunca ha buscado hacer un disco de moda. “Nunca he hecho un disco pensando en el sonido, en el ritmo que está de moda. Yo creo que son cosas que tú vas guardando y que hay un momento que tienes que sacarlas para darle cabida a otras cosas o que te van a explotar adentro pero no porque la moda me lo haya dicho”, explica.
De ser así, agrega, “serían diez ‘Despacitos’ lo que la gente iba a tener en su casa». Y lo dice desde la amistad que tiene con Luis Fonsi, a quien le dijo cuando el tema estalló- “te jodiste, lo vas a estar bailando hasta los 90”, recuerda entre risas. E insiste en que no hay fórmulas de éxito. Pone como ejemplo “El elegido”, uno de los temas más complicados de Silvio Rodríguez y que fue un éxito inesperado en República Dominicana cuando se editó sin siquiera carátula ni decir que era del cantautor cubano.
Son muchos los factores que afectan a un éxito y que lo hacen inexplicable, resalta Rodríguez, que considera que “un artista no puede pensar en el mercado». Él no lo hace. Simplemente escribe lo que siente en cada época. ya sean canciones de denuncia social, merengues o bachatas para otros cantantes, o temas de amor, que son los que prefiere interpretar ahora.
“El arte tiene que ser honesto”, eso es lo más importante. Es algo que tienen nombres como La Vieja Trova, Serrat -“es un maestro»-, Jacques Brel o Charles Aznavour, cita Rodríguez, que tampoco se olvida de Milanés o Silvio Rodríguez, artistas de los que bebe. No se trata, explica, “de pensar en el color rojo, sino de mezclarlo con las necesidades de tu alma y de sacar tu propio rojo». Eso es lo que ha buscado con “Una más».
Diez temas como “Así sea solo”, el primer sencillo, “Déjame ser” -el que canta con Milanés-, “Muchacha en flor”, “Si te digo que” o “Te vas…pero me dejas”, que Rodríguez presenta hoy en Madrid rodeado de amigos como Víctor y Ana y Pedro Guerra y que llegará en septiembre a la República Dominicana.
Cada una es un pequeño guion visual y juntas componen la banda sonora de una historia, dice este artista, que ahora es embajador de su país ante la Unesco y que asegura que, ante todo, es cantautor.