Me encantan los atletas que luchan por sus sueños, y sin importar las obstáculos logran materializarlos.
Quizás muchos pasaron por alto lo que acaba de lograr el dominicano Jorge Bonifacio con su ascenso a las Grandes Ligas con los Filis de Filadelfia, lo que ofrece una lección de que cuando se quiere se puede, sin importar las circunstancias.
Recuerdo que me encontré con Jorge en abril pasado durante los entrenamientos de la preselección dominicana que iba a Miami a buscar clasificarse para los Juegos Olímpicos.
En ese momento no tenía trabajo con ninguna organización de Estados Unidos ni de otro sitio donde se juegue béisbol profesional, ¡algo extraño, verdad!
A principios de mayo nos llegó la información de que había firmado con los Filis, razón por la que tenía que apartarse de los entrenamientos del equipo dominicano.
El 25 de mayo Bonifacio debutó con el equipo Reading, sucursal doble “A”, y desde entonces no se paró de dar palos.
En ese nivel participó en 49 juegos, conectando 25 extrabases (13 dobles y 12 jonrones), con 41 remolcadas. Con esa actuación se ganó ser ascendido a triple “A” el 22 de julio. En este nivel le fue mejor al promediar .321 (78-25), con 11 extrabases (6 dobles, dos triples y 3 jonrones) y 13 remolques en 22 juegos.
Esa producción le valió para ser subido a las Mayores el pasado viernes, cuando debutó frente a San Diego, y aunque se fue en blanco en tres turnos, no hubo mayor satisfacción que el honor alcanzado de llegar a la cima desde el suelo.
Ojalá algún día el mismo Jorge pueda contar este testimonio y narrar todo lo que pasó por su mente cuando ningún equipo le hizo caso antes de empezar la actual temporada.
Más adentro.-Es lamentable, pero se veía venir, que los Piratas iban a agotar la paciencia con la falta de producción de Gregory Polanco.