ESPAÑA.-Su cara lleva semanas poblando los carteles de publicidad de las interminables avenidas de Los Ángeles.
Jim Carrey está de vuelta. Han pasado cuatro años desde su último conato de gloria en cartelera y confía en que esta vez la apuesta sí dé réditos.
Con Crímenes oscuros (2006), un thriller en el que le dio por explorar su lado dramático, los palos arreciaron como una tarde de aguacero redentor.
¿Hay pocos villanos en su expediente. ¿Diría que ser peor le ayuda a expresarse mejor?
“Me siento como si no hubiera restricciones, como una invitación a ser tan salvaje como quiera ser. Dentro de los parámetros de la historia, claro.
Es como una invitación a bailar, como si alguien conecta los altavoces y la bola de cristal y me dan pista. Lo adoro, simplemente”.
Haga de quien haga, sin embargo, hay gestos suyos marca registrada.
“Estoy seguro de que habrá bailes de Fornite sobre mí antes de que nos demos cuenta (apunta con otro gesto hiperbólico).
¿Sony huele bastante a franquicia. ¿Está listo para lo que implica?
“Esto es algo que he querido que pasara durante un tiempo. Tuve la oportunidad de tener cinco personajes de franquicias de las que no me aproveché demasiado hasta mucho más tarde. Ahora quería algo nuevo, que no solo fuera muy actual en términos de comedia, sino que volviera a tocar a familias, a niños.”
¿Le aturde o le resbala el dominio incontestable de los superhéroes en los últimos años?
Todo tiene su momento. ¿Se acuerda de cuando solo había películas de desastres? Hay un momento para cada estilo y se han hecho cosas extraordinarias en términos de efectos especiales generados por ordenador.
Lo maravilloso de esta película es que mezcla muy bien lo generado por ordenador y la acción real.
El problema de una película generada por ordenador es que puede perder su alma y eso no es tan bueno. Solo espero ser parte de una mezcla de esas cosas.
¿Ya sabe por dónde irán los tiros?
Tengo un esquema en mi cabeza de hacia dónde va y es muy divertido. La idea es que no sea el mismo tipo en cada película, sino un alma distinta, alguien que está evolucionando y volviéndose incluso más egomaníaco de lo que ya es.
¿Le gustaría ponerse el traje de superhéroe?
No estaría en contra de hacer una película de Marvel. Me encantaría acabar como un superhéroe. Me falta en mi filmografía.