En los últimos años los exjugadores dejaron de ser la confianza de los dueños en las oficinas centrales de los equipos de Grandes Ligas.
Los constantes fracasos de ex jugadores en las gerencias generales abrió la brecha para que los jóvenes graduados de las universidades, aún sin muchos conocimientos de béisbol, sean los que dominen en esas posiciones.
Muchos de esos jóvenes apoyaron sus éxitos en la utilización de los métodos analíticos, sobresaliendo por la utilización de la “sabermetría”. La moda de la utilización de los analíticos en las gerencias de los equipos es tan popular que en la actualidad sólo Jerry Dipoto es el único exjugador en ocupar una gerencia general en Seattle y sus resultados no son los mejores.
En los últimos años Dipoto ha hecho más cambios de jugadores, la mayoría sin sentido, que cualquier otro gerente en las Mayores.
La situación pudiera cambiar con el éxito que muestra Derek Jeter en la oficina central de los Marlins, quien aunque no es el gerente general, es el responsable de la política en el área de operaciones de béisbol.
Jeter llegó a los Marlis en 2017 encabezando un grupo de inversionistas junto a Bruce Sherman. De inmediato entraron en un proceso de desbaratar el equipo para ahorrar dinero.
Cambiaron a los estelares Giancarlo Stanton, Christian Yelich, Marcell Ozuna, J. T. Realmuto y otros. La salida de esos jugadores trajo consigo dos temporadas de 98 y 105 derrotas, cayendo el equipo a ser el hazmerreír de las Mayores. Jeter recibió ataques despiadados de los fanáticos de Miami, pero se mantuvo pidiéndoles paciencia y este año los resultados de los Marlins han sido sorprendentes.
Vienen de barrer a los Filis en la serie pasada y mañana empiezan otra contra los Bravos.
Los jugadores que vinieron en esos cambios como Garrett Cooper por Stanton; Sandy Alcántara por Ozuna, y Sixto Sánchez por Realmuto, son la razón para creer que son capaces de sorprender y quedarse con la Serie Mundial.