Jesús: ¿Conservador o revolucionario?

Jesús: ¿Conservador o revolucionario?

Jesús: ¿Conservador o revolucionario?

Claudio Caamaño Vélez

Jesús fue un revolucionario, tan ferviente que dio lo más preciado de un ser humano antes que renunciar a su causa. Creció en un Israel conservador, donde algunos usaban la ley de Moisés para justificar sus privilegios y sus posiciones de superioridad.

Eran tan conservadores que llegaron al punto de armarle un expediente y condenarlo a la máxima pena en la justicia de aquel entonces: la muerte por crucifixión.

¿De que lo acusaban? De desafiar la ley, de corromper las creencias, etc. Jesús fue un perseguido político, ejecutado por sus convicciones y su ideología, que iban en contra del status quo dominante.

Pero lo paradójico es que siendo Jesús uno de los mayores revolucionarios que registra la historia, muchos conservadores enarbolan su nombre para sostener sus posturas reaccionarias.

Toda persona tiene derecho a ser conservador y reaccionario, y eso, incluso, es útil para el sano equilibrio de la sociedad. Pero lo que resulta difícil de digerir es que lo sea en nombre de Jesús…. Es como si una persona hablara de amor al prójimo en nombre de Hitler.

Recuerden que la misma Palabra nos llama a “no usar el nombre de Dios en vano”. Y peor que en vano es usarlo con fines perversos.

Ser seguidor de Jesús debería ser sinónimo de ser un luchador por la justicia, de ser un crítico de las leyes injustas y desafiante de las clases dominantes. Decirse seguir de Jesús y obrar como un escriba o un fariseo es, si no un delito, al menos un grosero pecado.



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