Al fin fue aprobada la tan esperada Ley de Partidos Políticos en la República Dominicana, y el gran reto comienza ahora para los honorables miembros del Pleno de la Junta Central Electoral (JCE), quienes desde este momento deben comenzar a trabajar a toda capacidad, y a toda velocidad, pero, sobre todo, con mucho cuidado al momento de establecer las resoluciones que van a regir el accionar de los partidos políticos, muy especialmente las regulaciones y supervisiones de las primarias internas de los partidos, y el próximo proceso electoral nacional.
Todo lo anterior representa una tremenda responsabilidad cuando no se tienen sobradas experiencias en los complejos procesos electorales dominicanos, los cuales no son nada parecidos a los de otros países, porque en la República Dominicana los políticos no han aprendido a reconocer los triunfos de sus competidores, ni han aprendido a aceptar sus derrotas partidarias, y con las pocas habilidades electorales que han mostrado los nuevos honorables miembros del Pleno de la JCE, y con la gran capacidad de descalificación que tiene el liderazgo político dominicano, especialmente cuando un partido o candidato pierde, luce que el proceso electoral podría ser más conflictivo de lo que ellos están pensando, y no estamos exagerando, porque aquí sobran ejemplos.
Por eso a muchos sorprendió escuchar al presidente de la JCE decir que ellos van a reducir en 3 horas el horario de votación establecido en la Ley 275-97, o sea para que el proceso de votación, que siempre se ha extendido de 6:00 de la mañana a 6:00 de tarde, en el próximo proceso electoral del año 2020 tenga un nuevo horario de 7:00 de la mañana a 4:00 de la tarde; pero también sorprende mucho que cada vez que el presidente de la JCE habla sobre una medida que se debe tomar desde el organismo electoral habla en futuro: “nosotros vamos a hacer”, por lo que se podría entender que siempre está buscando la aprobación de terceros, dando a entender que no se siente con la suficiente capacidad para tomar las complejas decisiones que a él le competen por ley, y las que al pleno competen como directivos de ese importante organismo electoral.
Habiendo tantos temas importantes que requieren del sobrado intelecto de algunos de los principales miembros del Pleno de la JCE, de sus técnicos, y sus asesores, para crear el contenido de las resoluciones que van a regular un proceso electoral tan complejo como el que esperamos en el 2020, apena escuchar al honorable presidente del pleno electoral hablar ahora de realizar cambios para reducir el horario de votación, porque esos cambios no ayudarían en nada a la JCE, ni al proceso, y no aportarían más que confusión a muchos ciudadanos dominicanos acostumbrados a llegar tarde a toda convocatoria, porque son muchas las veces que el horario de votación ha debido ser extendido porque las filas han estado largas a la hora de cerrar el proceso.
Lo que la gente quiere no es que se reduzca el horario de votación, sino que se reduzca el tiempo que toma la JCE para el conteo de los votos y anunciar los ganadores, sin embargo hace meses que los honorables miembros de la JCE anunciaron que van a botar los escáneres y van a volver al conteo manual, por lo que reducir el horario del conteo bajo este obsoleto esquema sería como pedirle a un candidato que reconozca su derrota en la contienda electoral.
Tal parece que, con intención, o sin intención, el propósito de los honorables es tirar por tierra los avances técnicos que había alcanzado la JCE en la pasada gestión, y eso no ayuda en nada.
Es preciso que los honorables miembros del Pleno de la JCE pidan asesorías de los pocos técnicos que aún quedan en la JCE, para que puedan conocer todas las dificultades que se presentaron en procesos electorales anteriores a la hora de colocar el personal de servicio en los colegios electorales, porque aún cuando desde el departamento de elecciones se hicieron esfuerzos sobrehumanos extraordinarios, el proceso anterior se vio lleno de dificultades de última hora, y si a eso le sumamos que cada cuatro años hay cerca de cuatrocientos mil nuevos votantes, y que cada vez menos personas están dispuestas a trabajar en los colegios electorales, entonces no entendemos el anuncio de que el horario de votación será reducido en tres horas.
En realidad no nos debía extrañar este nuevo anuncio de los honorables de la JCE que ahora quieren reducir el horario de votación, porque anteriormente nos han sorprendido con la noticia que van a deformar el padrón del Registro Civil para dar apellidos a niños y adolescentes abandonados por ilegales haitianos residentes en la República Dominicana, también nos han salido con el absurdo de que van a tirar al basurero los escáneres que no han terminado de pagar, como si no les importara la inversión de casi 40 millones de dólares públicos, en vez de llamar a licitación para renovar el softwere y comprar las baterías, ya que con cuatro años de estos equipos estar guardados se requiere la renovación de sus baterías.
Finalmente sería importante saber si la “brillante y creativa idea” de reducir el horario de votación ¿se le ha ocurrido a uno de los genios, o “genias” que hoy dirigen ese importante organismo, o si la idea es de quien allí realmente manda, o si la idea es de quien firma como presidente de la JCE?