Japón. — El primer ministro japonés, Shinzo Abe, instó el jueves a sus colegas del grupo de los siete países más industrializados del mundo a forjar una respuesta urgente y coordinada a la renqueante recuperación económica global.
Los mandatarios se sentaron en torno a una gran mesa redonda en la primera sesión de trabajo de la cumbre, tras pasear por el terreno del santuario de Ise, un lugar tranquilo y rodeado de árboles que es el más sagrado para la religión sintoísta japonesa. También participaron en un acto ceremonial con niños para plantar un árbol.
El programa de la cumbre está en línea con la estrategia política y diplomática de Abe a largo plazo. Una declaración dramática sobre los riesgos para la economía global y una demostración de apoyo al gasto público para ayudar a impulsar el crecimiento podrían ayudar a Abe a justificar estímulos extra y quizá ofrecer un argumento político para aplazar la impopular pero necesaria subida del impuesto sobre las ventas, prevista para abril.
Un asesor dijo que Abe tenía previsto emplear gráficos con datos que mostraban de forma llamativa la gravedad del reciente declive en los precios de las materias primas y la desaceleración en China. Abe espera que el grupo “asuma el liderazgo como el G7 y envíe un potente mensaje al resto del mundo”, afirmó Hiroshige Seko, subsecretario de gabinete.
En un intento de reforzar el legado de Abe, ese mensaje se conocería como el “principio de Ise-Shima”, en referencia a la región de Ise-Shima donde se celebra la cumbre.
Se esperaba que los mandatarios centrasen su atención en el comercio, la política y la diplomacia, así como en el cambio climático y la energía durante las conversaciones del jueves. La cumbre anual reúne a los líderes de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos.
Tras la visita al santuario, estaba previsto celebrar una comida de trabajo y después se abordará una amplia gama de temas de interés global, empezando por la renqueante economía mundial. Muchos de los temas a tratar en los dos días de conversaciones están relacionados con las prioridades de Abe.
Uno de ellos es la seguridad marítima, que alude a las preocupaciones por el expansionismo de China en zonas disputadas del mar de la China Meridional.
También se hablará sobre iniciativas de salud global, financiamiento para la lucha contra el terrorismo y las pandemias, y el empoderamiento de las mujeres, que Abe defiende con el término “womenomics” (un juego de palabras en inglés que combina los términos “mujeres” y “economía”).
Las autoridades japonesas han destacado la cooperación en materia de lucha contra la corrupción y el terrorismo, salud mundial y migración, que se ha convertido en un dolor de cabeza en especial para los países europeos, así como otras prioridades.
“Los que nos critican deberían pensar en cambio cómo mejorar su asistencia, porque lo que aporta Europa ya es enorme”, dijo Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, pidiendo apoyo y liderazgo al G7. “Y hablando con sinceridad, si no asumen el liderazgo para gestionar esta crisis, nadie más lo hará. Apelo a los líderes del G7 para que asuman este desafío”.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó el miércoles a Japón y tuvo una reunión por la tarde con Abe. Tras el final de la cumbre el viernes, Obama tiene previsto visitar el parque de la paz en Hiroshima, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en el cargo que visita la ciudad donde Estados Unidos lanzó una bomba atómica en 1945, en los últimos días de la II Guerra Mundial.