Jan Bednarek, de Polonia, festeja luego de anotar ante Japón en un encuentro del Mundial, el jueves 28 de junio de 2018 (AP Foto/Andrew Medichini)
Volvogrado.- El juego limpio puede conducir al éxito. Aunque vaya acompañado por juego feo. Japón cayó el jueves por 1-0 ante Polonia, pero se coló a los octavos de final gracias al nuevo criterio de desempate basado en el «fair play», al que se debió recurrir por primera vez en la historia de los mundiales.
El boleto quedó en manos de los japoneses también gracias al triunfo de Colombia en un encuentro simultáneo. La selección sudamericana fue la otra que avanzó a la siguiente fase en el Grupo H.
Jan Bednarek marcó el tanto de los polacos a los 59 minutos, cuando coronó una estupenda jugada a balón detenido. Rafal Kurzawa cobró un tiro libre hacia el área, donde el defensa del Southampton, cerca del segundo palo, remató de volea con la derecha para vencer a Eiji Kawajima.
Polonia, que llegó al cotejo ya eliminada, cerró al menos de manera honrosa su participación en la Copa del Mundo, tras caer en sus encuentros ante Senegal y Colombia.
El tanto polaco dejaba en ese momento eliminado a Japón. Pero en Samara, Yerry Mina anotó a los 74 minutos, la selección colombiana derrotó 1-0 a Senegal y se clasificó como primera del Grupo H, con seis puntos.
Japoneses y senegaleses terminaron empatados con cuatro unidades, diferencia de goles de cero, y cuatro tantos anotados.
El siguiente criterio de desempate estaba igualado también, el resultado entre ambos en este Mundial, que fue un 2-2.
Así que hubo necesidad de recurrir al último criterio, que castiga el mayor número de tarjetas amarillas y rojas recibidas por un equipo en el Mundial. Senegal acumuló seis amarillas, por cuatro de Japón.
Es la primera vez en la historia que este criterio define la clasificación de un equipo en un mundial. De haber persistido la igualdad también en ese renglón, habría sido necesario un sorteo.
En los octavos de final, Japón se medirá con Bélgica el próximo lunes en Rostov. Colombia se enfrentará con Inglaterra al día siguiente en el estadio Spartak de Moscú.
Aunque se premió a Japón por recibir menos tarjetas, está por verse si el equipo representó un ejemplo de «juego limpio».
Desde que se enteraron del tanto de Mina, los japoneses se encargaron de que el resto de su duelo ante Polonia transcurriera a paso lento, con un exasperante espectáculo de toques tímidos a la pelota.
Era evidente que Japón no quería arriesgarse a recibir otro tanto ni a llevarse amonestaciones. «Mi decisión fue confiar en lo que ocurriera en el otro partido», reconoció el técnico japonés Akira Nishino.
«No estoy muy contento por eso, pero simplemente dependíamos del otro partido. Me pareció un poco lamentable, pero supongo que en ese momento yo no tenía otros planes».
Los silbidos y abucheos fueron arreciando en el graderío de la Arena de Volgogrado. Polonia tampoco arriesgó mucho en los últimos compases, conforme con rescatar un triunfo de un mundial por lo demás decepcionante para Robert Lewandowski y compañía. Con la eliminación de Senegal, ningún equipo africano sobrevivió a la fase de grupos en este Mundial.