
Jannik Sinner explicó después que su victoria ante Terence Atmane en Beijing forma parte de un proceso en el que busca diversificar su juego, aunque sin renunciar a su identidad: “Quizá ahora es un 20 % de cosas nuevas y un 80 % de lo que soy, pero debería ser más un 90-95 % de mi tenis. Se trata de ser un poco más impredecible, aunque debo cuidar de no perder mi esencia”.
El número dos del mundo admitió, en el post partido ante la prensa especializada local, que en el segundo set desperdició ventajas y que eso le generó frustración, aunque valoró su reacción al inicio del tercero con un quiebre inmediato que le dio confianza para controlar el desenlace: “Fue un partido complicado, jugamos hace poco en Cincinnati y sabía lo que me esperaba. Lo importante es que superé el desafío”.
El campeón de 2023 en la capital china destacó también el apoyo de su equipo y la importancia de la comunicación constante con Simone Vagnozzi desde el banco: “Me da fuerza y convicción. Somos un equipo, yo estoy en cancha, pero juego también por ellos”.
Sobre su próximo cruce en cuartos de final ante el húngaro Fabian Marozsan, Sinner lo calificó de un reto bien exigente: “Está jugando muy bien, tiene golpes muy fuertes y gran toque. Tengo muchas ganas de ese desafío”.