Santo Domingo.-Hasta su madre Teresa Tactuck, de 94 años, lloró cuando en una emisora de radio se difundió la falsa noticia de que su hijo William Jana Tactuck había fallecido. Verlo caminar, hablar, y estar haciendo una vida normal, luego de estar dos meses en un coma inducido, es la prueba de que los milagros aún existen.
Llegó antes de lo acordado a esta entrevista.
Entró, saludó y brindó una sonrisa. Todo empezó en julio del 2014 cuenta Jana Tactuck tranquilamente como si se tratara de una película de la cual nadie quisiera ser el protagonista.
“El día 4 de julio, jugando golf sentía que el tobillo posterior me lastimaba y cuando llegué a mi casa a la 5:30 de la tarde, ya estaba prendido en fiebre.
Tenía dolor en todo el cuerpo, y le digo a mi esposa, yo creo que tengo la chikungunya. Había visto entre el primero de mayo y el 31 de junio, 87 pacientes afectados de ese mal y estamos obligados a reportarlo diariamente al Ministerio de Salud”, dice.
El virus avanzó a tal punto que se alojó en su cerebro y se le inflamó. Perdió el conocimiento, desarrolló neumonía en los dos pulmones, le falló el corazón por una fibrilación auricular (un problema con el ritmo de los latidos del corazón).
Ante este cuadro nada halagüeño, su esposa Wendy Cuevas y sus hijos Audrey y William deciden trasladarlo en el mismo mes de julio hacia los Estados Unidos.
Al llegar al extranjero se suma el impasse de que el equipo médico que lo recibió nunca había oído hablar de la chikungunya.
“El 16 de julio el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de esa nación reporta el primer caso de ese mal en territorio estadounidense, que era el caso mío. Nadie sabía lo que está pasando. Me fallaron los pulmones, los riñones dejaron de funcionar.
Gente del mismo hospital donde yo me entrené en el Weston, Estado de la Florida de los Estados Unidos, deciden preservar el cerebro de la inflamación que tenía y lo congelan. Me someten a un coma profundo, enfrían el cerebro para disminuir el consumo de oxígeno y gracias a esa decisión, cuando yo despierto, sé donde estoy, reconozco el hospital”, indica Jana, quien es especialista en medicina interna y reumatología.
“La gente me pregunta cuál fue el factor que decidió para que yo regresara de entre los muertos, para que estuviera hoy con ustedes: la intervención divina, fue fundamental y decisiva”.
El conocido médico dominicano y su esposa fueron al hospital donde estuvo. Allí estaba el equipo médico que le atendió, pero estos solo reconocieron a su esposa.
Ella al ver que no le reconocieron le dijo: “él es William Jana Tactuck” pues no creían lo que estaban viendo. “Quería venir porque me preocupaba mi mamá, ella podría morirse de sufrimiento, porque ella no creía cuando le decía que estaba vivo”.