Oakland.- El gran objetivo de la vuelta del alero estrella LeBron James a los Cavaliers de Cleveland y la promesa que hizo fue la de darles el primer título de liga de la NBA y eso fue lo que lograron esta noche en el Oracle Arena de Oakland al vencer por 89-93 a los Warriors de Golden State en el séptimo y decisivo partido de las Finales.
James, no sólo cumplió su promesa, sino que también reivindicó su condición de ser en estos momentos el jugador más dominante que hay en la NBA y lo demostró en el duelo individual de MVP con el base Stephen Curry, de los Warriors, que fue uno de los factores por el que el equipo de Oakland no revalidó el título de liga.
La estrella de los Cavaliers volvió a tener una actuación individual monumental en todas las facetas del juego como lo demostró la aportación de un triple-doble de 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias.
Pero además siempre estuvo presente en cada una de las acciones decisivas de la recta final del partido cuando se decidió la victoria, con el único fallo de un tiro de personal.
Pero su tapón al escolta Andre Iguodala a falta de un minuto fue el que impidió que los Warriors se pusiesen por delante en el marcador cuando estaba empatado a 89-89.
Antes de ser nombrado de forma unánime Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales, James gritó un «¡Cleveland!, va por ustedes”, envuelto en las lágrimas de la alegría y la celebración.
La victoria permitió a James conseguir su tercer título de la NBA en las seis Finales consecutivas que ha disputado, pero el primero con los Cavaliers, que dan a la ciudad de Cleveland un campeonato nacional dentro del deporte profesional en 52 años.
James, también logró dos títulos de liga con los Heat de Miami en cuatro Finales que disputó, y los Cavaliers se convierten en el primer equipo que gana un titulo de liga después de remontar una desventaja de 1-3 en la serie.
Mientras que el entrenador interino, el novato Tyron Lue, también se mostró eufórico al ver como su equipo hizo historia tras remontar una desventaja de 1-3 en las Finales.
“Esta noche hicimos historia”, declaró Lue, que al comienzo de temporada sustituyo al entrenador David Blatt, que fue despedido por la directiva del equipo a pesar que tenía marca ganadora.
«¡Cleveland, Ohio, hemos vuelto, baby!». Todo fue posible porque los Cavaliers se mostraron siempre metidos en el partido y tuvieron no sólo a James sino también al base Kyrie Irving, que a falta de 53 segundos para el final, anotó un triple que rompió el empate a 89-89 que había en el marcador.
Lo hizo por encima de la defensa de Curry para simbolizar el gran triunfo de los Cavaliers, pero también el hundimiento en las Finales de la gran estrella y ganador de forma unánime del premio de MVP de la temporada.
Irving, que en el quinto partido había logrado también 41 puntos decisivos para conseguir la victoria en Oaklan, concluyó el partido con 26 puntos, siendo el jugador decisivo en la segunda parte cuando los Cavaliers remontaron una desventaja de siete puntos (49-42) con que ambos equipos se fueron al descanso.
El escolta J.R. Smith también fue factor ganador para los Cavaliers, al encestar 12 puntos, incluidos dos triples de ocho intentos que también ayudaron a la remontada histórica de los Cavaliers.
Mientras que los Warriors, que consiguieron 73 victorias en la temporada regular, mejor marca en la historia de la NBA, protagonizaron el mayor colapso histórico al no aprovechar todas las oportunidades que tuvieron de conseguir repetir el título de liga.
Los Warriors, que habían batido la marca de los Bulls de Chicago de 1995-96, no pudieron contar con le mejor Curry en las Finales y la ausencia por lesión del pívot titular Andrew Bogut también se notó en el juego defensivo.
Aunque los Warriors estuvieron siempre en el partido, los últimos cinco minutos del cuarto periodo perdieron por completo la inspiración encestadora y sólo el ala-pívot Draymond Green, la gran figura del partido de los excampeones, evitó un marcador más abultado.
Green fue la gran figura de los Warriors al aportar un doble-doble 32 puntos, incluidos 22 en la primera parte, 15 rebotes y nueve asistencias, que no impidieron la tercera derrota consecutiva de su equipo.
Las grandes decepciones volvieron a ser Curry, y el escolta Klay Thompson, que aportaron sólo 17 y 14 puntos, respectivamente, tras anotar sólo 12 tiros a canasta de los 36 combinados que hicieron, incluidos los 24 de triples con seis anotaciones.
Los Warriors sin la inspiración encestadora de Curry y Thompson al final no pudieron superar las genialidades de James e Irving que fueron los grandes artífices del triunfo histórico de los Cavaliers.
Mientras que los Warriors, a partir de ahora serán recordados como el mejor equipo de la liga, que batió todas las marcas históricas, pero no fueron capaces de asegurar un triunfo que tuvieron siempre al alcance de su mano.