El cerrador de los Tigres Jairo Asencio está recibiendo críticas, en especial de los parciales del equipo, por confrontar ciertas dificultades en su labor, aunque algunos finales se los han complicado sus compañeros con errores defensivos y mentales.
No obstante, el derecho de 39 años lidera la temporada 2022-23 con 11 rescates y elevó a 151 el récord histórico que ostenta de la LIDOM en serie regular (122 con Licey), que parecen entrar en el rango de lo insuperable a futuro.
Esas cifras de salvamentos (y sumando) se unen a la lista de marcas irrompibles de nuestro circuito invernal, como los 86 juegos ganados y 742 ponches de Guayubín Olivo; los 927 hits de Luis Polonia, las 395 bases robadas de Miguel Diloné y los 83 cuadrangulares de Juan Francisco, quien sigue activo.
Cuando Asencio llegó al Licey para la temporada 2013-14 procedente de los Toros con 29 salvamentos a cuesta, nadie podría vislumbrar que se acercaría al récord de 89 que entonces ostentaba el “Rey Arturo” Peña, con las Águilas, quien ahora es segundo. Ramón Ramírez se retiró como tercero (80) con los Gigantes.
Jairo es un legado del paso de Manny Acta como gerente de los azules. Lo adquirió junto a D’Ángelo Jiménez (para que se retirara en uniforme rayado) procedente de los Toros el 25 de marzo de 2013. A cambio, Acta entregó a Donnell Linares (un antesalista cubano nacionalizado que había adquirido del Escogido por Pedro Zapata), el infielder Juan Ciriaco, el lanzador Simón Castro y el sexto pick del Draft de Novatos de ese año.
Por años hemos visto que Asencio no ingresa al bullpen sino hasta las entradas finales. Sea por cávala o mantenerse relajado, sin presión, esta actitud psicológica le ha dado ostensibles resultados. A sus 151 salvamentos (hasta este martes 6 de diciembre) hay que agregar otros 39 en Round Robin y tres en finales.
Los 11 partidos que restan al Licey de serie regular, el desempeño de Asencio determinaría si le retiran la confianza o lo mantienen como cerrador estelar en la siguiente etapa. Sea una o la otra, Jairo Asensio ya tiene asegurado un nicho en el Pabellón de la Fama del Deporte dominicano.
Copa del Mundo: La Concacaf, confederación de fútbol a la cual pertenecen República Dominicana y el Caribe, salió muy maltrecha de la fase de grupos del Mundial de Catar, donde solo Estados Unidos sobrevivió y rápidamente cayó goleada en octavos por Inglaterra. Canadá, México (en su peor ‘papelazo’ en mucho tiempo) y Costa Rica se fueron en el tren de la vergüenza.
Brasil y Argentina (tenían que ser) han salvado el honor de América y de la Confederación Suramericana o Conmebol al avanzar a cuartos, porque sus otros dos representantes, Uruguay y Ecuador, se despidieron con tres juegos.
Con Australia, Japón y Corea del Sur en octavos, la Confederación Asiática sorprendió gratamente e igualó la suma en esa instancia de las dos regiones americanas. Hasta la Confederación Africana fue mejor que la Concacaf, al ubicar para un cuarto juego a Camerún y Marruecos, que hizo historia al eliminar a España y se instaló en cuartos de final.
En los próximos cuatro años, los tres grandes de Concacaf (Estados Unidos, Canadá y México), les espera gran trabajo por realizar para estar a la altura de las circunstancias en 2026, cuando serán coanfitriones del Mundial. Entonces, estarán obligados a reivindicarse del ‘papelón’ en Catar, especialmente México, que tan mal parado salió, reducido a un tercer nivel mundialista.