D¡Que tiempos aquellos!… Poco dinero, poca comida, mucha represión, pero, aunque fuera por un rato, todo se olvidaba los sábados…
Hombres, mujeres y niños se envolvían en la lucha libre, en «la mentira» más envolvente y dulce” que tuvo la República Dominicana durante toda una época, donde había “hombres por los aires” y “saltos mortales” que arrancaban chillidos…
Muy pocos podían escaparse a ese masoquismo de durar toda una semana ansioso de que comience el espectáculo donde tu ídolo te iba a poner a vocear de alegría, pero también a llorar cuando le pegaran “la manopla” y su frente se convirtiera en un río de sangre…
Era un espectáculo, pero todos nos gozábamos, porque cuando lo “majaban”, cuando los rudos le hacían una mala jugada, se sabía que vendría por la revancha y si juraba por “Doña Tatica”, la victoria estaba asegurada…
Y la miseria se amortiguaba hablando de esa revancha por días… ¡Qué tiempos aquellos Jack Veneno! ¡Cuánto se mencionaba tu nombre en todas las esferas!…
Gracias “campeón de la bolita del mundo” por entretenernos tanto, por ponernos tan alegres cuando ganabas, aunque sufriéramos cuando perdías… Ah, a tus familiares que sepan que no es cierto eso de que moriste el martes, tu cuerpo tal vez, pero tu recuerdo jamás… ¡Descansa en paz campeón!…
En San Diego se para la respiración con cada resbalón de Tatis Junior, hasta un estornudo pone nerviosos a los que hicieron la gran apuesta con él… Por eso, por lo que está pasando con “El Niño”, es que los agentes y jugadores inteligentes deben asegurar su futuro cuando reciban una oferta decente.