La Habana.- Cuba rinde la noche del martes un multitudinario homenaje a Fidel Castro en la Plaza de la Revolución de La Habana al que asisten líderes africanos y de la izquierda de América antes de que las cenizas emprendan su viaje final hacia la ciudad de Santiago.
El presidente Raúl Castro, hermano del líder de la Revolución cubana, encabeza los actos de despedida del «Comandante en Jefe».
Cientos de miles de cubanos se concentran en la plaza donde está la imagen del líder que murió el viernes los 90 años y que apoyó los movimientos rebeldes en América, envió tropas a África y retó como pocos a Estados Unidos en la Guerra Fría.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue el primero en tomar la palabra para elogiar la «lucha» de Fidel, los logros sociales de la Revolución en el «continente más desigual del planeta» y jurar lealtad a sus ideas socialistas.
«Por esas ideas seguiremos luchando, ¡lo juramos!», clamó Correa. Entre la multitud el recuerdo de Fidel Castro, que universalizó la salud y la educación gratuitas, pero que fue implacable con la disidencia, desataba una nueva ola de emociones.
«Fidel estaría orgulloso de ver esta plaza así desbordada sobre todo de jóvenes. Este es el mejor homenaje que se le puede hacer al comandante, pero éste es sólo el primero de los que recibirá en estos días», dijo Olivia Martínez, una profesora de 46 años.
A la ceremonia asisten más de una veintena de dirigentes de América Latina y África, mientras Europa y Estados Unidos enviaron delegaciones de bajo perfil a excepción del primer ministro griego, Alexis Tsipras.
Hijos espirituales de la Revolución cubana, los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales, fueron los primeros en rendir tributo esta mañana frente a la foto de un Fidel con barba negra, fusil al hombro y mochila de guerrillero, adornada con medallas y flores blancas.
«Fidel es un símbolo mundial y sus ideas no solo están en América Latina sino en el mundo entero, porque luchó por los pobres, por los marginados, por los hambrientos», señaló Roberto Hernández, profesor de antropología de 47 años.
Viaje de las cenizas
Los homenajes fúnebres se extenderán hasta el domingo próximo cuando las cenizas de Fidel serán llevadas al cementerio de Santiago de Cuba, donde están enterrados los restos de José Martí, héroe de la independencia.
Los restos de Castro reposan en una urna de madera de color café que fue exhibida por primera vez la noche del lunes por la televisión estatal.
Raúl Castro y altos dirigentes del Partido Comunista honraron su memoria en la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas, al costado de la Plaza de la Revolución, adonde también acudieron este martes.
El respeto que domina las manifestaciones por la muerte del dirigente solo fue roto por cubanos anticastristas que festejan en Miami y las declaraciones del presidente electo estadounidense Donald Trump, quien lo calificó de «dictador brutal».
El conocido «balserito» Elián González, que en el 2000 fue centro de una enconada disputa entre Cuba y Estados Unidos, dijo que la respuesta a Trump se la está dando la multitudinaria presencia de cubanos en los funerales.
«Yo no creo que tantas personas podrían llorar a alguien que, como él dice, es un dictador… Las personas lo que le están dando aquí es amor.», dijo.
Un simbólico recorrido
En las primeras horas del miércoles saldrá una caravana con los restos del dirigente que recorrerá 13 de las 15 provincias antes de su llegada a Santiago.
El recorrido marcará la ruta a la inversa de la Revolución que encabezó Fidel Castro hace más de medio siglo. Además de Correa, Maduro y Morales, la izquierda latinoamericana está representada por los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, y del Salvador, Salvador Sánchez.
También asiste el mandatario de México, Enrique Peña Nieto. En contraste, pocos líderes de otras partes del mundo llegaron a La Habana para despedir a uno de los hombres más influyentes y controvertidos del siglo XX.
Al presidente Barack Obama, que propulsó el histórico acercamiento de Estados Unidos y Cuba tras más de medio siglo de enemistad, lo representa su asesor adjunto de Seguridad, Ben Rodhes.
Tampoco participan en la ceremonia los mandatarios de Francia, François Hollande, ni de Rusia, Vladimir Putin.
África está presente con los dirigentes de Zimbabue, Robert Mugabe; de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang; y de Sudáfrica, Jacob Zuma.