Santo Domingo.-Sus quejas por el poco apoyo que recibe el teatro en el país siempre las ha exteriorizado, por lo que el actor y director de Teatro Iván García espera que en el futuro vengan autoridades capaces de entender que la cultura no es un lujo, sino una necesidad, “una demostración de lo que somos y una valorización de nuestros valores”.
El laureado actor expresó que una muestra del irrisorio respaldo que recibe el teatro, es el cobro desproporcionado a los productores dominicanos cuando montan una obra, ya que en la sala Ravelo del Teatro Nacional tienen que pagar un 25 por ciento, un porcentaje económico alarmante, algo que no existía antes, lo que los ha obligado a presentar pequeñas obras con no más de dos o tres personajes.
“El alquiler de las salas te quita un pedazo del brazo y lo que viene quedando de ganancias son cheles.
Esto ha comenzando a obligarnos a los directores a montar obras con dos y tres personajes, no más de ahí.
Montar un Shakespeare, ni loco que estuviera, porque hay que buscar vestuario, 27 actores, no se puede, porque le han dado una puñalada traicionera el teatro clásico por completo y a cualquier intento de experimentación”, dijo el ganador de El Gran Soberano.
Trabajan por gusto
Precisó que la ventaja de los teatristas es que son muy testarudos y hacen las cosas porque les gusta hacerlas. Cualquier tropiezo y dificultad se empequeñece, porque les gusta vencer, por lo que se atreve a afirmar que no van a poder contra el teatro.
En su caso, la meta es seguir enseñando y mostrando a las nuevas generaciones cómo se deben hacer las cosas.
“Yo espero morirme en las tablas, y lo digo como una forma de decir quiero morir trabajando.
No es que me voy a caer muerto en un escenario, sino que mientras tenga las fuerzas, estaré trabajando”, dijo.
El teatro televisivo
En los últimos años se ha visto un renacer de este arte, pues en años anteriores hubo una caída del teatro como tal.
Esto fue aprovechado por lo que llamó el teatro televisivo, el cual tiene su papel y su posición para la diversión de la gente, pero este no puede patear el teatro del verdad, aquel hecho con ideas, personajes bien elaborados y técnicas. Comparó la técnica de la dramaturgia como la de la sinfonía o la de la composición de un cuadro.
“Ese movimiento de las figuras de la televisión hizo flaquear y tambalear al teatro tradicional que se hace en la República Dominicana.
Tradicional no porque sea viejo, sino el teatro serio y respetable y no sabíamos cómo enfrentarlo, pero de repente hubo un retiro de los pocos que escribimos teatro y de los más que dirigen”, dijo el director teatral y dramaturgo.
Un renacer en el teatro dominicano
Hace un año que empezó a ver buenas obras, bien actuadas, bien dirigidas y bien montadas y se decidió a escribir críticas de nuevo, ya no en periódicos, sino en Facebook, diciendo los aciertos y desaciertos.
Los calificó como espectáculos dignos, buenos y le satisface, porque les muestra en qué deben mejorar.
“Basándome en lo que ha pasado en los últimos meses, creo que tenemos esperanza de recobrar el climax al que llegaron los teatristas luego de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Nos hemos resarcido del sacudión que nos dieron los programas de televisión, porque volvimos a hacer un teatro serio”, añadió.