Luego de 11 días de escalada bélica, a última hora de este jueves entró en vigor el alto el fuego acordado entre Israel y Hamás con la intermediación de Egipto.
Los palestinos salieron a las calles a celebrar minutos después de que la tregua entrara en efecto. En Israel dejaron de sonar las sirenas que advierten del lanzamiento de cohetes por parte de los milicianos palestinos.
En la mañana de este viernes, y aunque el alto el fuego se mantenía, se registraron disturbios en la ocupada Jerusalén Oriental, en el complejo de la mezquita de al Aqsa.
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El portavoz de la policía israelí, Micky Rosenfeld, dijo a la agencia de noticias AFP que los palestinos habían arrojado piedras a los agentes y que en respuesta se habían tomado medidas de represión por «disturbios».
Pero el alto el fuego parecía mantenerse el viernes por la noche. Israel ha abierto temporalmente un cruce hacia Gaza, permitiendo la entrada de alimentos, combustible y medicinas al territorio. El país también ha levantado las restricciones de emergencia dentro de sus propias fronteras.
Hamás calificó la tregua como una victoria para los suyos. Lo mismo señaló Israel, que habló de una campaña militar que había alcanzado «grandes logros».
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En Egipto, la prensa oficial reportó que el país enviará una delegación a Tel Aviv y otra a los territorios palestinos para monitorear el alto el fuego.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que israelíes y palestinos tienen ahora la responsabilidad de emprender «un diálogo serio que aborde las causas del conflicto».
Los enfrentamientos entre Israel y militantes palestinos estallaron el pasado 10 de mayo, después de semanas de tensiones.
El Ministerio de Salud de Gaza ha informado que 232 personas han muerto en Gaza a causa de los bombardeos israelíes, mientras que en Israel se han contabilizado 12 fallecidos.
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Además, numerosas áreas de Gaza han quedado reducidas a escombros y se cuentan unos 120.000 desplazados, según Hamás.
Israel dice que alrededor de 4.000 cohetes han sido disparados hacia su territorio por militantes en Gaza desde que estalló el conflicto.
Uno de los principales desencadenantes del conflicto fue la escalada de enfrentamientos entre palestinos y policías israelíes en la Explanada de las Mezquitas, un lugar sagrado tanto para judíos como musulmanes.
Hamás exigió a Israel la retirada de la policía de ese lugar y del cercano distrito de Sheikh Jarrah, donde las familias palestinas enfrentan acciones de desalojo por parte de colonos judíos.
Cuando su ultimátum no fue escuchado, Hamás inició una ofensiva con cohetes. Israel respondió con ataques aéreos contra Gaza.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, expresó su reconocimiento a ambas partes por el cese al fuego, así como a Egipto por sus esfuerzos de mediación.
«Estas hostilidades han resultado en la trágica muerte de muchos civiles, incluidos niños. Le envío mis sinceras condolencias a israelíes y palestinos», dijo en un mensaje a medios desde la Casa Blanca.
Biden agregó que su país está comprometido a proveer ayuda humanitaria y apoyo a la reconstrucción de Gaza. Pero también respaldó «el derecho de Israel de defenderse de los ataques de cohetes indiscriminados de Hamás y otros grupos».
La mediación internacional
El acuerdo de cese al fuego llegó luego de que Egipto, Qatar y Naciones Unidas impulsaran una mesa de negociaciones entre ambas partes.
En un comunicado, Israel informó que diferentes responsables políticos y militares aceptaron «unánimemente» la iniciativa egipcia de «un alto al fuego bilateral incondicional», pero se limitó a decir que «entrará en vigor en fecha posterior».
«El jefe de Estado Mayor, el sector militar y el jefe del Shin Bet [agencia de seguridad interna] revisaron ante los ministros los grandes logros de Israel en la campaña, algunos de los cuales no tenían precedentes», señala el comunicado.
«El sector político enfatiza que la realidad sobre el terreno determinará la continuación de la campaña«.
Por otro lado, un funcionario de Hamás aseguró a la agencia Reuters que el alto el fuego sería «mutuo y simultáneo».
Ali Barakeh, portavoz de Hamás, le dijo a la agencia Associated Press que el alto el fuego es una «victoria» para el pueblo palestino y una derrota para el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Señaló que los militantes de su organización permanecerían en alerta hasta que los mediadores se hayan puesto en contacto para ultimar los detalles de la tregua.
El presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, ordenó a dos delegaciones que están en Israel y en los Territorios Palestinos Ocupados que trabajen para mantener el alto el fuego, según la televisión estatal egipcia.
Los sobrevivientes no cantan victoria
Análisis de Jeremy Bowen, editor de la BBC de Medio Oriente
Al igual que en las otras guerras libradas desde que Hamás asumió el poder en Gaza en 2007, las dos partes claman victoria.
Un alto líder de Hamás le dijo a la BBC en Gaza que Israel había prometido «alzar la mano por Sheikh Jarrah y la mezquita de Al Aqsa».
Israel rechazó ese razonamiento. Benny Gantz, el ministro de Defensa, emitió un comunicado diciendo que después de los últimos 11 días, Israel puede mostrar logros militares «sin precedentes y significado estratégico para la lucha» contra los militantes de Gaza.
En ambos lados, los sobrevivientes y los desconsolados por los misiles y las bombas no están cantando victoria.
Por mucho, la mayoría de los muertos y heridos son palestinos en Gaza, que también sufrió daños por cientos de millones de dólares