La indisciplina y el irrespeto han sido clave para que un sinnúmero de atletas dominicanos se hayan y se sigan quedando en medio del camino, o ni siquiera dieran los pasos iniciales en pro de lograr una destacada participación.
La indisciplina es la forma más clara de no respetar los deberes y obligaciones personales, producto del escaso o ningún orden en la determinación y proyección de metas.
Bajo esa premisa algunos pueden alcanzar parte de sus metas, pero al poco tiempo abandonan sus objetivos y caen en un marasmo total.
Muchos peloteros y boxeadores dominicanos se encuentran en precarias condiciones, incluso de credibilidad, por la indisciplina e irrespeto a ellos mismos y al público que lo sigue.
Los casos más recientes han sido escenificado por boxeadores que están cerca o han llegado al estrellato.
Joan Guzmán, a mi criterio el mejor del país en toda su historia, falló en tres ocasiones en dar el peso.
El sábado pasado, Javier “el Abejón” Fortuna fue el último “desafortunado” que desperdició la oportunidad de ganar el título ligero cuando se enfrentó al estadounidense Robert Easter Jr. ¡Irresponsabilidad total!