BAGDAD.-La policía encontró los cadáveres de 13 hombres aparentemente ejecutados en la capital iraquí y sus alrededores el miércoles, y ataques en varias regiones del país han dejado al menos otros cinco muertos, informaron las autoridades.
Los agentes hallaron ocho cadáveres en una zona agrícola del distrito Arab Jabour, controlado por suníes, según un policía. Todos los muertos son hombres de entre 25 y 35 años y tenían heridas de bala en la cabeza, agregó. Arab Jabour, un antiguo baluarte de las fuerzas insurgentes, está unos 25 kilómetros (15 millas) al sur de Bagdad.
Las autoridades encontraron otros cinco cadáveres en un lote baldío de una zona residencial de Shula, vecindario del noroeste de la capital, según el agente. Los asesinados, todos de treinta y tantos años, estaban atados de pies y manos y recibieron disparos en la cabeza y el pecho, dijo. Los agentes no encontraron documentos que permitieran identificar a los muertos.
El hallazgo de los ejecutados es un crudo recordatorio de guerra sectaria de 2006 y 2007, cuando escuadrones de la muerte chiíes y suníes solían recorrer las calles e irrumpir en viviendas para secuestrar personas. Las autoridades hallaban poco después los cadáveres de las víctimas mutilados y abandonados en la vía pública. Mientras tanto, una bomba detonó el miércoles en un distrito comercial del sur de Bagdad, en el barrio Dora, matando a dos civiles e hiriendo a cinco, indicaron las autoridades.
Tres proyectiles de mortero cayeron en una calle del vecindario Albu Eitha, en la zona suroeste de la capital, causando la muerte de dos personas y heridas a cinco, según la policía.
Hombres armados también mataron a un civil e hirieron a tres al abrir fuego contra una multitud en Bayaa, vecindario del sureste de la ciudad, añadieron las autoridades.
Dos funcionarios médicos confirmaron las cifras de las víctimas. Todos los funcionarios hablaron a condición de no ser identificados porque no están autorizados a dar información a los periodistas.
Un aumento de los atentados ha hecho aumentar los temores de un resurgimiento de la violencia sectaria que llevó al país al borde de una guerra civil en 2006-2007.
Los actos de violencia han estado al alza desde abril, cuando el gobierno lanzó un operativo contra un campamento de manifestantes suníes. Más de 5.500 personas han muerto desde entonces en incidentes violentos.