Washington.– El agente de policía que disparó mortalmente a un niño de 12 años en Cleveland (Ohio, EE.UU.) en noviembre pasado actuó de forma “razonable” porque creía que el arma de juguete que llevaba el adolescente era real, según concluyeron dos investigaciones independientes sobre el suceso.
Los dos informes, recogidos hoy por medios estadounidenses, examinan el caso de Tamir E. Rice, quien murió por disparos del agente de policía Timothy Loehmann en un parque de Cleveland, donde jugaba con un arma de juguete que imitaba a una pistola semiautomática.
“Concluyo que la convicción del agente Loehmann de que Rice presentaba una amenaza de daño físico o muerte fue objetivamente razonable, como lo fue su respuesta ante esa amenaza percibida”, escribió el fiscal del distrito del área de Denver (Colorado), S. Lamar Sims, en uno de los informes.
El día de los hechos, Loehmann acudió junto a su compañero Frank Garmback a un parque de Cleveland alertados por la llamada de un vecino, que aseguraba que un joven estaba apuntando a los viandantes con lo que parecía un arma de fuego.
Según la Policía de Cleveland, cuando llegaron al parque, los agentes pidieron a Rice que levantara las manos, pero él se las llevó a la cintura y sacó el arma de juguete, lo que hizo que Loehmann le disparara dos veces, una en el abdomen y otra en el pecho.
Basándose en un vídeo que grabó la agresión, la familia alega que Rice fue disparado un segundo después de la llegada de los policías y que en ningún momento se le dio oportunidad de cumplir con las órdenes verbales que los agentes aseguran que dieron.
Los dos informes independientes fueron encargados por la fiscalía que investiga el caso y publicados a última hora del sábado por la oficina de ese fiscal en el condado de Cuyahoga.
Los autores de los informes son reconocidos expertos en asuntos relacionados con el uso de la fuerza policial, y ambos examinaron únicamente la constitucionalidad de la decisión de Loehmann de abrir fuego contra Rice en cuestión de segundos.
Una de los expertos, la exagente del FBI Kimberly Crawford, subrayó en su informe que el entrenamiento universal a los agentes de seguridad les enseña a fijarse en las manos de quien tiene un arma, y cuando Loehmann vio que las manos de Rice se movían hacia el cinturón donde tenía la pistola, tuvo que decidir rápidamente.
“Sin ninguna duda, las acciones de (Rice) podrían razonablemente ser percibidas como una amenaza justificada para el agente Loehmann”, indicó Crawford en su informe, publicado por el diario “Cleveland Plain Dealer».
En un comunicado, la familia de Rice acusó al fiscal del condado, Timothy McGinty, de llevar “once meses en una cruzada para evitar que haya rendición de cuentas” en el caso.
“Estos supuestos ‘expertos’, todos ellos favorables a la policía, ignoran el simple hecho de que los agentes dispararon inmediatamente a Tamir sin evaluar la situación en lo más mínimo. Un jurado razonable podría encontrar irracional esa conducta”, indicaron.
El fiscal del condado prevé presentar los dos informes a un jurado de acusación, que decidirá si presenta cargos contra los agentes implicados en el caso, uno de los muchos de jóvenes negros asesinados a manos de agentes de policía en Estados Unidos en los últimos meses.