Inversiones y tiempo perdido

Inversiones y tiempo perdido

Inversiones y tiempo perdido

Frederich E. Bergés

Una de las lamentadas consecuencias de las campañas electorales es la parálisis que se apodera de la labor congresional, donde debido al afán releccionista de sus miembros o el de hacerle campaña a algún otro, los proyectos de leyes sometidos son pospuestos o mutilados en procesos innecesarios de revisión y ajuste de intereses.

Tal es el caso de varias piezas legislativas actualmente sometidas para la aprobación de los congresistas.
Entre estos está el proyecto de ley de asociación público-privada, conocido por sus siglas APP.

Esta iniciativa tiene tiempo caminando los pasillos del palacio del Congreso en diversas versiones. Pero la más reciente, la que surgió del consenso y de un apoyo multilateral, incluyendo eventos realizados en el país, aun continúa en el laberinto del tiempo perdido.

Bajo los auspicios de una ley de APP adecuada, similar a la que existe en la mayoría de los países de nuestro hemisferio, se podrían haber iniciado ya importantes proyectos para el desarrollo del país.

Entre los sectores posiblemente favorecidos con la promulgación de la ley, y su reglamento correspondiente, están actividades del sector transporte.

Tenemos las posibilidades de construir proyectos de transporte masivo en autobuses privados de sus conductores, como el ejemplo del Transmilenio de Bogotá, Colombia, o la Red Integrada de Transporte de Curitiba, Brasil.

Así tenemos también las posibilidades de tranvías, carreteras más eficientes en el Cibao y otras regiones del país.

Pero además, existen muchas otras posibilidades de infraestructuras que contribuyen al progreso de la nación. Están los puertos, como el caso de Luperón o San Pedro de Macorís.

Está la disposición y tratamiento de aguas negras y potable en las zonas turísticas del este y la costa norte. Igualmente, nuevas facilidades de gas, y los gaseoductos complementarios en zonas rurales para energía, y urbanas para uso industrial y doméstico.

En fin un sinnúmero de posibilidades en las cuales hasta ahora solo estamos perdiendo tiempo e iniciativas, que de otro modo estarían participando en la activación económica y un desarrollo futuro más eficiente.



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