Inversión pública versus privada

Inversión pública versus privada

Inversión pública versus privada

Frederich E. Bergés

Cuando nos referimos a inversión pública estamos aludiendo los gastos de capital destinados por el sector público para la adquisición de maquinarias, construcción de obras de infraestructura y diferentes proyectos de carácter productivo.

En los últimos dos años estas partidas en la ejecución del presupuesto nacional han estado seriamente restringidas debido a las enormes partidas de recursos financieros que se han destinado por un lado para estimular la economía, otorgar mayores ayudas sociales, sostener las pérdidas del sector eléctrico y ahora para contrarrestar la creciente inflación.

Gran parte de estos recursos han provenido de transferencias internas presupuestadas, limitando la ejecución de obras planificadas, y visto el déficit fiscal creado, recurrir a un mayor endeudamiento.

Es así como la deuda pública consolidado ha crecido de unos 57 mil millones de dólares en el 2020, a los actuales casi 70 mil millones.

Gran parte de esa deuda ha sido incurrido en el mercado interno del país, en pesos, por una suma cercana a los 850 mil millones. Una proporción sustancial de esa deuda ha sido con entidades privadas como los fondos de pensiones, absorbiendo las tres cuartas partes de sus carteras de inversiones de casi 900 mil millones.

Esta situación provoca lo que en economía se llama un “crowding out”.
Esto es un efecto de desplazamiento, aquel donde se crea una situación en la que la capacidad de inversión de las empresas se reduce debido al crecimiento de la deuda pública.

Esta competencia por los mismos recursos, o sea aumento de la demanda, los va encareciendo, como respuesta de la oferta.

El mayor atractivo de la deuda pública desplaza la capacidad de la inversión privada acceder al endeudamiento. Vemos que en los últimos 12 meses el crédito privado ha crecido un 16 % mientras que el público (en el periodo dicho anteriormente) un 22 %.

Como vemos, la continuidad de un déficit fiscal sostenido va absorbiendo recursos que no tan solo limita la capacidad del Estado en ejecutar gastos de capital, sino que también va limitando la capacidad de producirse nuevas inversiones privadas.