Existen diversas prácticas sexuales que se ponen de moda y la prefieren muchas personas además de las tradicionales.
Todas enriquecen la vida sexual de la pareja, mas es importante estar de acuerdo para activarlas.
Cada persona vive su sexualidad y su intimidad sexual de diferente manera, varían los gustos y preferencias. Para tener una actividad sexual satisfactoria la pareja debe estar de acuerdo en los tipos de práctica sexual que deciden experimentar.
La negación total a ciertas prácticas no es beneficiosa, lo indicado es conversar acerca del tema, exponiendo cada uno su necesidad y deseo, permitiéndole al otro defender su posición y exponer su criterio hasta lograr que ambos queden satisfechos del resultado conversado, pues en la intimidad sexual todo es válido siempre que se respete el derecho ajeno.
De no darse la aceptación de prácticas sexuales indeseadas y siendo que una persona obligue a la pareja a determinada actividad no deseada podríamos hablar de violencia.
Igual que si alguien es forzado a tener coito sin consentimiento, aun estén casados, se considera violación sexual.
Algunas personas participan de actividades y prácticas sexuales que no les agradan o que sienten que son degradados al tenerlas, solo para complacer a sus parejas.
En estos casos se va minando la autoestima de la persona y pueden afectarse tanto la relación de pareja como las relaciones interpersonales.
La violencia sexual existe entre muchas parejas sin ser detectada. No es obligatorio tener intimidad porque se esté casado. La intimidad sexual debe ser consensuada.