Intereses imponen sus reglas

Intereses imponen sus reglas

Intereses imponen sus reglas

Hugo López Morrobel

La aparición de la pandemia del coronavirus, hace ya más de siete meses, trajo como anillo al dedo el dicho de que la preservación de la vida está por encima de todo, aunque ello en realidad, depende de las prioridades que asuman los vigorosos círculos de poder, con prioridad el político y económico.

En ese engranaje de poder, al final es el económico el que toma el mando en decisiones trascendentales que de una u otra manera inciden en todos nosotros, y en los deportes, comenzando por el ‘inocente, benévolo y caritativo” Comité Olímpico Internacional, Confederaciones y Ligas profesionales, tienen sus ingresos por encima de todo interés de las sociedades en las que operan.

Los atletas simplemente son la materia prima con la que los magnates acumulan grandes fortunas, pero al poco tiempo pasan a ser despojos cuando ya no están en capacidad de añadirles riquezas, algo muy parecido a lo que ocurre en una mina de oro cuando se agota el mineral.

Durante la pandemia del coronavirus, los acumuladores permanentes de riquezas mediante los negocios deportivos, incluyendo las poderosas organizaciones de juegos y apuestas, no han aportado prácticamente nada para contribuir por lo menos a evitar su propagación en los sitios en donde operan, aunque algunos, en forma muy diplomática, han realizado “algunos aportes mínimos” para mantener las apariencias.

En el país operan equipos profesionales béisbol, fútbol, baloncesto y otros muchos deportes, cuyos ejecutivos nunca han aportado ni una mascarilla , aunque sí siempre están ávidos de la ayuda de los gobiernos para el montaje de sus espectáculos que dejan dividendos multimillonarios.