Transcurridas casi cinco décadas, cerca de medio siglo, recuerdo que compartía con aquel compañerito al que le decíamos “Chicho”, jugando pelota en el patio de la iglesia San José Obrero, del ensanche Ozama.
La mayoría de las veces lo iban a buscar a media tarde, para hacer tareas o para asistir a las clases de música.
En ese entonces todavía se jugaba por romanticismo, muy pocos pensaban en ser peloteros y firmar al profesionalismo.
Qué suerte que Chicho se decidió por la música y se convirtió en el más grande exponente de la música dominicana: José Antonio Molina Miniño.
También le decíamos, “el hijo de Josefina (Miniño) y Papa (Molina)”, dos íconos del arte nacional. Traigo todo a propósito de una interesante entrevista que le realizó David Collado en el programa Emprendedores el pasado sábado y ello me hace pensar que los organismos oficiales deben divulgar y promover la trayectoria y los valores de este maestro de maestros, para que las nuevas generaciones lo conozcan tanto como a Omega, por lo menos. DE REFILÓN…
Esta tarde las Estrellas inician su participación por primera vez en Serie del Caribe… República Dominicana no gana una serie desde que se adoptó el formato de “juego final” (2012)… Las 19 coronas quisqueyanas: Licey (10), Águilas (5) y Escogido (4), todas en la segunda etapa… Traigan la corona, ordenó el presidente Medina.
