El presidente Abinader prometió al Conep que los liceos públicos ofrecerán clases bilingües para fortalecer la enseñanza de inglés. Es una excelente idea intentada antes sin éxito.
El rotundo fracaso de destinar enormes recursos al Ministerio de Educación exige a gritos mejores alternativas. Una fórmula podría ser calcular cuánto cuesta al Estado la educación básica de cada niño, asignarle un crédito que maneje alguna entidad fiduciaria y que los padres escojan a cuál escuela o colegio desean enviar a sus hijos.
Pese a todas las críticas contra los negocios que son los colegios, su educación le saca la milla a la que ofrece el Estado a un costo enorme sin justificación por resultados.
En Estados Unidos programas similares han mejorado la calidad de las escuelas públicas, pues deben competir para atraer estudiantes. Esta idea estimularía la creación de más escuelas privadas y quitaría presión y responsabilidad al Ministerio de Educación, aparte de disminuir el nefasto poder de la ADP.