Toda esta semana la UASD ha estado paralizada por encapuchados tirando piedras y basura, amenazando a transeúntes y movilizándose por su extenso campus en Santo Domingo.
Por tres días consecutivos, los malandros han fuñido la vida a decenas de miles de estudiantes, paralizado o dificultado el tránsito en buena parte de la capital y prometido que seguirán incordiando.
¿Por qué? Según el diario Hoy “no se saben los motivos. Al igual que en jornadas anteriores, no se han identificado las causas ni los autores de las protestas en la UASD”.
¿Cómo pueden dizque desconocidos, flagrante e impunemente, adueñarse del espacio público y perjudicar la economía, los estudios, el orden público y la paz ciudadana?
¿Acaso las autoridades de la UASD, la policía, el Ministerio de Educación Superior, o cualquier otro poder público con capacidad, han renunciado a sus obligaciones legales y éticas ante la sociedad y los estudiantes?
Cada día más la UASD contribuye convincentemente a perder la legitimidad de su licencia social para administrar recursos multimillonarios. ¡Reinventemos ese fracaso!
