Recientemente disfruté de una actividad que hizo las Grandes Ligas con los llamados mejores prospectos de habla hispana, quienes estarán elegibles para firmar a partir del 2 de julio.

En realidad había un talento envidiable y sorprendente, debido a que son jugadores de apenas 16 años y casi todos ya tienen pre-acuerdos con las 30 organizaciones, por esa razón varios amigos escuchas decían que estaban haciendo un “pro-scouting”, es decir, que estaban dándole seguimiento a jugadores profesionales.

El torpedero Yasel Antuma, quien supuestamente tiene un acuerdo por US$4 millones con los Nacionales, demostró ser un fenómeno. Muchos observan que esta actividad es un ensayo para el draft o sorteo que quiere imponer la oficina del Comisionado de Grandes Ligas, que tendrá oportunidad de hacerlo a partir del 1 de diciembre, cuando entre en vigencia el nuevo pacto con el sindicato de jugadores.

Una persona con conocimiento de causa me aseguró que la diferencia radicará en que los jugadores serán colocados para mediante una lotería ser escogidos por los 30 equipos de Grandes Ligas, siendo el gran deseo del comisionado Rob Manfred, quien les ha colocado todas las mordazas posibles a los equipos que más invierten en los jugadores dominicanos y venezolanos.

No es casual que la mayoría de los equipos que invierten para adquirir el talento latino estén pagando penalidades ilimitadas durante dos años, mientras que otras que no gastan y siguen sin hacerlo se mantienen libres de cualquier señalamiento.