Decir campaña electoral es saber que habrá proselitismo y además una fuerte y ostensible incursión en los medios de comunicación de los candidatos.
En el primero, se producen los caravaneos, en los que los ellos tienen que compartir con sus electores; en el segundo, la emisión de mensajes políticos, a través de la propaganda y de medios de comunicación masiva.
Pero, en realidad, una campaña electoral constituye una parte importante del proceso electoral. Recordar que, para el proceso eleccionario, presidenciales y congresuales, a celebrarse el próximo 19 de mayo de 2024, la Junta Central Electoral (JCE) ha declarado abierto el inicio de la campaña electoral mediante su habitual proclama.
La proclama de la JCE dispone el tope de gastos para las candidaturas y establece los límites de los montos de las contribuciones individuales de particulares a los candidatos.
Desde el año 64 a. C., Marco Tulio Cicerón sentó cátedra para el significado de la campaña electoral del Consulado. Es importante restringir las elecciones mediante este mecanismo que se ha utilizado desde hace muchísimo tiempo atrás. También quiere decir que los partidos políticos se valen de estas actividades “organizativas y comunicativas” para que los candidatos (homo novus) las lleven a cabo con el propósito de captar los votos que necesitan, principalmente sus legisladores.
En el tiempo de Marco Tulio Cicerón, el Consulado era la magistratura más importante de la República Romana. Veinte siglos después, las contiendas electorales están sujetas a todas clases de recursos para ganar el voto de los electores.
El primero de ellos es la regulación temporal, en clave de inicio, finalización y duración; el segundo, es el criterio de igualdad y el principio de oportunidad, para conceder que las elecciones sean justas, con equidad electoral y efectivamente democráticas.
Desde el punto de vista de los partidos políticos, su funcionamiento continuo y permanente, en los procesos electorales contemporáneos, se utiliza el financiamiento de los partidos políticos en el escenario electoral a fin de asegurar que lo económico no sea un problema en la celebración de las elecciones.
En la República Dominicana, la financiación de la campaña se puede realizar a través de recursos públicos, privados y mixtos. Esta se otorga en función del número de votos obtenidos en las elecciones anteriores por una organización política, a fin de asignar un presupuesto en el presente.
Hay, sí, tres asuntos concretos que debemos recordar a los candidatos: lo que conduce a los hombres a mostrar una buena disposición y a dar su apoyo en unas elecciones, son los beneficios, las expectativas y la simpatía sincera. Es la capacitación de motivación a que voten.
Se considera un deber político que los `homi novus` (candidatos) se preocupen por orientar a que sus electores dispongan el día de las votaciones toda suerte de ingenio, cuidado, esfuerzo y dedicación.
En las elecciones presidenciales y congresuales se elegirá a los vicepresidentes, a 32 senadores, a 190 diputados, que incluyen a 7 de ultramar y a cinco diputados nacionales; también se elegirá a 20 diputados del Parlamento Centroamericano (Parlacén).
¿Qué es, ahora, lo importante para los partidos políticos? Cumplir, pues, el plazo de los 30 días, para presentar a la JCE el presupuesto general de los ingresos y gastos programados durante la campaña electoral. De esta manera el gasto de campaña está fijado, pues, por el organismo electoral, frente a problemas de la recaudación de los fondos necesarios para el desarrollo de las actividades políticas.