El Foro Económico Mundial o Foro de Davos, realiza un estudio comparativo entre países acerca de los factores que inciden en la competitividad, la que definen como, “conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país”.
Con la productividad se procura combinar de manera adecuada, maquinarias, trabajadores y otros recursos para maximizar la producción, lo que indefectiblemente se expresará en crecimiento económico y desarrollo.
Uno de los doce pilares que toma en cuenta el estudio, difundido cada año como “Informe Global de Competitividad”, es el de la infraestructura.
Un país es más productivo y por ende más competitivo, cuando tiene una red integral de carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos que conecte todos los entes productivos, así como electricidad permanente y barata, redes de telecomunicaciones, conexiones a internet y disponibilidad de la telefonía móvil.
Si queremos ser competitivos, productivos, para comenzar a generar recursos que nos hagan un país rico, desarrollado, debemos proponernos mejorar la infraestructura.
Tanto para la agropecuaria y su consecuente industrialización, como para el turismo, necesitamos más y mejores carreteras.
No obstante, con una red ferroviaria, que conecte al país de sur a norte y de este a oeste, o sea, sus principales ciudades, aeropuertos y puertos, tanto para pasajeros, como para cargas, estaríamos dando un salto cuántico. Si a esto le sumamos la solución definitiva del problema eléctrico, en base a energía limpia, eólica, solar e hidráulica, estaríamos legando otra República Dominicana a las futuras generaciones.
¿Y cómo se financiará eso? se habrá preguntado. Con el mismo presupuesto, con préstamos a condiciones especiales (deuda responsable no es un gasto, es una inversión) y con inversión extranjera.
Adelante, comencemos a pensar y actuar en grande, imaginemos una República Dominicana con los mejores puertos donde llegue la mercancía y de donde salgan los productos dominicanos a los mercados mundiales, los aeropuertos para recibir los 10 o 15 millones de turistas que vendrán al país cada año y la más completa y moderna red ferroviaria que los conecte.
Tenemos que reconocer que hemos dado pasos en ese sentido, el presidente Joaquín Balaguer fue el gran constructor, pero le faltó mucho.
Con Leonel Fernández se inicia nueva etapa de modernización y el actual presidente Luis Abinader ha anunciado varias obras importantes en este sentido, sobre todo con la modalidad de Alianzas Público-Privadas (APP).
Sigamos avanzando hacia consolidarnos como la potencia turística del Caribe, pero igual proponernos ser potencia empresarial y comercial, para eso se necesitan más infraestructuras. Adelante.