Frente a tanta información y desinformación, debemos desarrollar el pensamiento crítico para poder gestionar la cantidad de noticias y comentarios producidospor los medios tradicionales, redes sociales y medios digitales.
Caer en la trampa de la manipulación es un reto para no detener el camino para obtener informaciones confiables y de calidad que nos permitan analizar la consistencia de los razonamientos y generar conocimiento, conciencia y compromiso ciudadanos para la acción.
En una sociedad compleja y de constantes cambios, de flujos enormes de informaciones de baja calidad, distorsionadas, ligeras, exageradas y de contenidos muy cuestionables por todas las vías, debemos desarrollar el espíritu crítico o el sentido crítico, con lo cual cuando de enseñanza en valores éticos y cívicos se trate el objetivo debe ser el crecimiento del espíritu crítico.
A civilizaciones como la helénica les debemos mucho. Hace más de 2,500 años Grecia crecía en el cultivo de la virtud y con sus genios creadores de un ideal de humanidad del que todavía somos deudores. Uno de sus mayores legados es elareté, concepto esencial de la ética y la política que fundamenta la vida de la persona. Sobre todo más ligado a su significado de excelencia o el cumplimiento acabado del propósito y la posesión de las virtudes, particularmente la valentía y la destreza.
Un elemento común en poetas precursores como Hesíodo y Homero es que, al enaltecer las hazañas del pasado convertían a los héroes que las llevaban a cabo en un ideal digno de imitación; lo mismo que al mostrar las tristes consecuencias de sus errores incitaba a reflexionar sobre las pautas del comportamiento humano.
La rutina deavasallantes informaciones nos aleja del conocimiento,el saber y el pensamiento críticos. Allí donde no hay sabiduría, sumatoria de conocimiento y experiencia vivida conareté (integridad, búsqueda incesante del conocimiento transformador, con contenido ético y moral, teniendo al ser humano como centro de las acciones y políticas públicas), no hay conciencia ciudadana ni compromiso ni acción política plausibles.
En la República Dominicana carecemos, en gran medida, de un pensamiento consciente y crítico y de conducta y de acciones comprometidas auténticamente con el desarrollo. Pero, si bien los derechos son a la política como el corazón al cuerpo, esto no es cosa solo de los gobiernos.