Les voy a hacer una pregunta pero por favor, responda con sinceridad, su hijo o hija adolescente un día en la mañana le llevó a un lugar tranquilo de la casa y le dijo “Mami (o papi) anoche tuve mi primera relación sexual” o quizás se lo anunció “Papi (o mami) esta noche tendré mi primera relación sexual”…¿le ha pasado? ¿O el pequeño fruto de su carne le ha dicho alguna vez cuántas veces y con quien se ha acostado?
De acuerdo con estudios realizados en el país, la edad de la primera relación sexual ha ido bajando a los 10 años-12 años. Papá y mamá muchas veces echan mano de un mecanismo de defensa llamado negación y prefieren pensar -pese a algunos indicadores de la conducta de sus hijo o hijas- que sus retoños aún son muy inocentes, que “aún juegan con muñecas” y en caso de los varones “que aún no está en eso”. Pero cuando su hijo, en pleno bachillerato embaraza a su novia o cuando su hija de 12 años queda embarazada, la realidad -como vientos de huracán categoría 5- derriban sueños, planes y confianza.
Pero, además de estos embarazos no deseados, están las infecciones de transmisión sexual (ITS): gonorrea, clamidia, sífilis, herpes genital, virus del papiloma humano, VHI.
Y en este punto es bueno recordar que las estadísticas de la República en casos de infecciones de transmisión sexual en adolescente entre 15 y 19 años, están casi al mismo nivel que el de los países más pobres de África, como Ghana, El Congo y Uganda.
De acuerdo con el Estado de la Población Mundial 2013 “Maternidad en la niñez. Enfrentar el reto del embarazo en adolescentes”, el 21% de los adolescentes dominicanos que aseguraron haber tenido relaciones sexuales tuvo una infección de transmisión sexual o sus síntomas. Mientras que en Ghana y El Congo el porcentaje es de 29%, y en Uganda es 21%. Nicaragua es el segundo país de la región que aparece con más casos (26%).
En 2013 en el Departamento de Infecciones de Transmisión Sexual del Instituto Dermatológico y Cirugía de Piel Doctor Humberto Bogaert Díaz se diagnosticaron 3,244 de los cuales 1,515 corresponden a personas en edades entre los 10 a los 24 años.
Entre las grandes debilidades del sistema educativo dominicano, está que no se imparte una educación integral en sexualidad. En las escuelas y colegios apenas si habla de lo básico y esto permeado, lamentablemente, por la religión, creencias, estereotipos y paradigmas del profesor o profesora a quien le toque impartir la asignatura.
Nuestros jóvenes se van a la cama a buscar placer sin saber nada sobre las infecciones de transmisión sexual, sin saber identificar cómo se ve un órgano sexual con herpes genital, por ejemplo, o sin saber cuáles son los síntomas de cualquiera de estas infecciones que puede, posteriormente, traerles problemas en salud reproductiva.
En la adolescencia pocas veces se le cuenta a papá y mamá lo que realmente estoy haciendo con mi vida, porque en esa etapa de la vida, son mis pares, es decir, mis amigos y mis amigas, las personas a quien más confianza le tengo. Y lamentablemente éstos no siempre tiene la información científica y oportuna.
Mientras como sociedad sigamos de mojigatos, pensando que “mis hijos/hijas no están en eso”; mientras sigamos escondiendo la cabeza -como el avestruz- ante la alta tasa de infecciones de transmisión sexual en jóvenes y de embarazo en adolescentes, mientras el Ministerio de Educación siga tibio respecto a instaurar un verdadero programa de educación integral en sexualidad, científica y oportuna, seguiremos liderando las estadísticas más tristes de Latinoamérica en cuanto a ITS y embarazo en adolescentes en jóvenes.