Indudable inseguridad ciudadana

Indudable inseguridad ciudadana

Indudable inseguridad ciudadana

Carlos Salcedo

El delincuente no nace, se hace. La conducta criminal es un comportamiento adquirido y se desarrolla por la interacción directa con la sociedad y el entorno (Sutherland).

La mano dura contra la delincuencia no ha servido de nada, pues sigue siendo un problema capital para los dominicanos.

Delincuencia (14.1%) y seguridad ciudadana (21.2%) (Gallup 2015), son malas notas que le da la población al gobierno en cuanto a la solución de estos problemas.

Quizás no tengamos un país tan violento, pues el índice de criminalidad en República Dominicana es de 17.39% cuando el promedio de la región es de 28%. Pero nuestra región es la más violenta del mundo.

¿Qué queremos? ¿Estadísticas que reflejen que hoy murieron menos que ayer o aceptar que la delincuencia es aberrante y que se muestra en formas mucho más complejas y peligrosas?

Para enfrentarla debemos reconocer, primero, que hemos fallado y, segundo, que este es un problema multifactorial y sistémico.

Atracos, robos, muertes, narcotráfico, inseguridad, intranquilidad familiar. Somos objetos de la delincuencia, sin importar posición social y ubicación geográfica.

Para pelear con el enemigo hay que reconocerlo. El crimen anda por todas partes, pero se concentra en las zonas más depauperadas, sin perjuicio de las diversas y complejas modalidades que se expresan en los diferentes sectores de la población.
La mejor política criminal es la educación y oportunidades.

La mejor arma contra la delincuencia es tener que comer, de que vivir, donde sanarse y con que desarrollarse.

La conducta de desviación social es más propensa en aquellos cuya realidad es menos privilegiada.

Esto no quiere decir que solo los no privilegiados delinquen, sino son los más propensos, por las condiciones que se le han impuesto.

Con uno de los índices de desarrollo humano e ingreso per cápita más altos del mundo, Islandia aparece en primer lugar en el índice de paz global, no tiene armada, ni militares en las calles.

Allá se vive bien, gracias a un sistema inclusivo e igualitario. Presidente, nombre una Comisión permanente de Seguridad Ciudadana que no haga lo mismo de siempre y que produzca ideas, normas y sugerencias de políticas verdaderamente transformadoras, pues de algo estamos seguros, la inseguridad cunde y no hay mañana.