Indignación por ocupaciones aceras, que obliga gente ‘tirarse’ a las calles

Indignación por ocupaciones aceras, que obliga gente ‘tirarse’ a las calles

Indignación por ocupaciones aceras, que obliga gente ‘tirarse’ a las calles

La arrabalización en parte alta del Distrito Nacional es tal, que se pudiera denominar “tierra de nadie”; ni la municipalidad ni la Digesett establecen orden.

SANTO DOMINGO.-Indignados e impotentes reaccionaron ayer munícipes al ver la publicación de EL DÍA que da cuenta de las ocupaciones de aceras, contenes y parte de las calzadas del Gran Santo Domingo, y en especial en la Capital, en que se puso de manifiesto que los espacios peatonales sirven para todo, menos para el uso de la gente.

El fenómeno se repite en la generalidad de los sectores, desde los más encumbrados hasta convertirse en una “pesadilla” en las áreas vulnerables y populosas, donde particulares se apoderan de las áreas públicas para establecer sus negocios como “modus vivendi”.

Propietarios de negocios crean parqueos en retroceso y se adeuñan de las aceras por completo.

En otros casos se “hacen trajes a la medida” cuando necesitan parqueos para estacionar o exhibir vehículos para la venta.

Igual hacen uso de las aceras desplazando a los caminantes del espacio natural que les pertenece, adueñándose de estos para construir parqueos en retroceso; colocar portatanques para depositar la basura; creando maceteros y jardineras.

También construyen escaleras para ampliar balcones en los espacios aéreos de sus casas tomando como base las aceras y obstruyendo el libre paso de la gente.

Otra modalidad que afecta y pone en riesgo a la gente es el cambio de altura de las aceras para facilitar las entradas de los vehículos, en algunos casos creando pendientes en las que es imposible el paso de envejecientes o personas discapacitadas.

A esto se suma la colocación de adoquines y cerámicas de piso, que en época de lluvias pueden provocar accidentes fatales.

Testimonio
Tras leer la historia en el periódico, Jacqueline de los Santos, residente en Arroyo Hondo, llamó para narrar las vicisitudes que a diario vive tanto en ese sector, específicamente en la calle Euclides Morillo, como en pleno centro de la Lope de Vega, donde casualmente este lunes se preguntó: “¿Qué hago, me tiro a la calzada, me arriesgo o que hago? Porque me muevo a pie y estoy en una disyuntiva”, comentó la profesional que por años vivió fuera del país y no se explica por qué aquí ese tipo de situaciones no cambian.

Dueños levantan aceras a su medida, entorpeciendo el paso.

Teme que empeore porque observa la situación en ensanche Naco, Piantini, Quisqueya y otros entornos de la urbe sin que se tomen medidas. Al igual que ella, se expresó Wendy Carolina Rosario. En la Nicolás de Ovando piden orden y limpieza ciudad.

Versión urbanistas
Para el ex director del Instituto de Urbanismo de la UASD, Ángel Sosa Frías, así como el reconocido urbanista Cristóbal Valdez, exdirector de Planeamiento Urbano del DN, la situación radica en el mal manejo de los espacios públicos, falta de planificación y de voluntad política para enfrentar el caso.

“Eso está relacionado con la falta de conocimientos de los alcaldes; aplicación de normas que obligue a muchos negocios a no estacionarse en esos espacios.

Aunque hay normativas que lo prohíben, a veces los ayuntamientos no tienen la capacidad operativa para desalojar a todos los comercios que están allí, y por igual la ciudad debe estar dirigida por un arquitecto que diseñe y sea parte congruente con la planificación del territorio”, refirió Sosa Frías.

Tanto él como Valdez entienden que las aceras deben tener de 3 a 4 metros de ancho, al menos en las nuevas construcciones, dada la masificación de la población.

Áreas de Villas Agrícolas, Villa Consuelo y Villa Juana, tomadas.

Cristóbal Valdez, quien creó el Plan Director del Polígono Central, califica como una locura “que planificadores de la ciudad desconozcan la reglamentación del 1998, que aún está vigente, y establece qué hacer con las calles”, dijo el urbanista.