La necesidad de dotar a los dominicanos de un número único, es una idea que ha venido cobrando cada vez más fuerza en los medios de comunicación escrita de este país.
La importancia de esta idea es bien valorada en la página 124 de mi libro “Introducción a la Estadística Elemental Aplicada, Tomo I”, con las palabras siguientes: “En términos futuros, luego de que sea establecido en la República Dominicana un número único para cada ciudadano, es decir, un sólo número que permita hipervincular documentos personales como la cédula de identificación personal y registro electoral, licencia de conducir, carnet del seguro médico, carnet educativo, pasaporte, tarjeta de crédito entre otros tantos más que en la actualidad posee de manera separada dicho ciudadano, los procesos de información serán más simples y detallados, pudiendo existir un sistema integrado en línea, donde las actividades de los ciudadanos que revisten interés público, serán integrativas y de fácil acceso ya sea mediante teclado o lector óptico. Esto evitará duplicación en los procesos, en la digitación de las informaciones y en la producción de informes.”
Una acción encaminada a favorecer el trabajo básico para el establecimiento del numero único en la Republica Dominicana, lo constituye la información de que Junta Central Electoral (JCE) y el Ministerio de Salud Publica conformarán un sistema de registro conjunto para proveer a los recién nacidos en los hospitales de su respectiva acta de nacimiento y de un numero único que lo identifique.
De materializarse esa idea, mejoraría notablemente el sistema de estadísticas continúas vitales, garantizando un proceso estadístico con estimaciones más eficientes del volumen y estructura de la fecundidad, la mortalidad, la nupcialidad y el crecimiento natural de la población.
Otra acción importante orientada en esa dirección es la entrega de una cédula o carnet estudiantil especial a todos los estudiantes de liceos y escuelas públicas y privadas actuales, ya que también permitiría que los padres de dichos alumnos monitoreen sus rendimientos escolares, sus asistencias a las escuelas, etc.
Además de mejorar el sistema de estadísticas continúas vitales, la implementación del número único garantizaría la mejoría del registro y producción de estadísticas continuas administrativas dentro de las cuales están las educativas, agropecuarias, laborales, de géneros, turismo, financieras, transporte, medio ambiente, patrimoniales o catastro, seguridad ciudadana, economía, migración, deportivas.
Conviene reiterar el deseo de que el número único, constituya un documento de identificación electrónica, que permita no tan solo que las personas firmen digitalmente y puedan accesar a la ejecución de múltiples actividades on line de manera electrónica, sino también que permita verificar los niveles de beneficios que para el proceso estadístico se obtendrían con la implementación de la novedosa modalidad de Censo Alternativo o Censo Continuo de Población, ejemplo de los cuales son los realizados en Francia y Perú, durante los años 2004 y 2005, respectivamente.
La implementación del número único electrónico, también garantizaría mayores niveles de control en el problema migratorio, en la seguridad ciudadana, y favorecería la transparencia de gestión en la administración pública, al poner públicamente al desnudo y en manos de los ciudadanos informaciones sobre los niveles de nombramientos simultáneos que en múltiples empleos públicos posee una persona favorecida por el clientelismo, así como la correlación inversa entre los bajos sueldos y las posesiones extralimitadas de bienes de que hacen galas algunos ciudadanos que ocupan posiciones públicas, entre otros aspectos.
Es obvio que en un país de escasa institucionalidad como el nuestro, estos últimos aspectos enumerados, podrían constituir algunas de las razones que por el momento obstaculicen la integración del chip dentro del documento de identidad personal y electoral.