Yamel Villabrille 
Es bien conocido que el uso del flúor juega un papel importante en la salud dental, pero muchos no conocen exactamente en qué consiste dicho papel.
Hasta ahora las investigaciones acerca del tema confirman que el flúor tiene la capacidad de crear una resistencia en el esmalte dental contra los ácidos que se encuentran en la boca, también favorece la remineralización de la superficie dental cuando ya ha sido atacada por dichos ácidos. En casos de sensibilidad dental es muy utilizado debido a su efecto remineralizante, siendo efectivo en la mayoría de los pacientes. El flúor puede inhibir el metabolismo de las bacterias que producen las caries y altera la composición de la placa bacteria. Luego de una aplicación tópica de flúor, los reservorios de este disminuyen el pH cítrico bucal, lo que provoca en la bacterias una dificultad para causar el daño.
Ya iniciado un proceso de caries donde exista mancha blanca y una leve cavidad, la utilización del flúor no logrará que la cavidad se llene nuevamente pero si puede detener el proceso de desmineralización y quedarse hasta ese nivel.
¿De qué manera podemos consumir el flúor? En algunos países, el agua para ingerir y cocinar tiene flúor dosificado, también la podemos obtener a través de la sal de mesa, en las pastas dentales, enjuagues bucales y visitando al odontólogo, donde este le administrará algún gel o barniz a base de flúor.
Se debe tener mucho cuidado un uso indiscriminado ya que puede ocasionar fluorosis, la cual se adquiere por una exposición excesiva al flúor durante la etapa de formación del esmalte dental, afectando el aspecto de este.
Dios te bendiga abundantemente.
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