José Armando Tavarez
La mayoría de los expertos internacionales coinciden en que la calidad de los maestros y maestras es el punto clave a la hora de mejorar el aprendizaje de los estudiantes en el aula. Es en ese sentido, entendemos positiva la puesta en circulación del estudio titulado «El estado de las políticas públicas docentes: en la antesala de las transformaciones».
Este estudio fue elaborado por la Acción Empresarial por la Educación – EDUCA – con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras entidades como el Diálogo Interamericano.
Si el papel del docente es tan relevante para asegurar un mejor aprendizaje y una mayor calidad del sistema educativo en general, se hace necesario que abordemos el tema desde los puntos que más impacto pueden generar. Ya en el Pacto Educativo se establecieron compromisos muy claros en este sentido.
Podemos descartar que para tener mejores maestros es necesario establecer una agenda eficiente y eficaz que podría consistir en los puntos siguientes: establecer un sistema de selección y reclutamiento docente basado en el mérito y sin influencias políticas partidarias, implementar un sistema de desarrollo docente que ayude a certificar las competencias y habilidades de los maestros y maestras según estándares internacionales y por último el desarrollo de un sistema de evaluación de desempeño que permita premiar a los mejores y establecer programas de mejora y acompañamiento con los que lo merecen.
Para el desarrollo de una revolución educativa se hace necesaria la puesta en marcha de una estrategia de tres ejes principales: captación docente, desarrollo docente y evaluación docente. Este sería el modelo que llevaría a nuestros maestros y maestras al siguiente nivel de calidad y excelencia.
Tenemos fe en nuestros docentes. Ellos necesitan un sistema que los ayude a desarrollar al máximo su potencial. Estamos en ese camino. Debemos mantenernos y crecer sin desfallecer.
