Las pasiones políticas exacerbadas dificultan discernir con precisión el panorama electoral. ¿Es realmente tan terrible que por fuñésima vez se modifique la Constitución? ¿Qué empeoraría esa modificación?

El sector de la opinión pública opuesto a una eventual candidatura de Danilo Medina, cuya indignación magnifican los medios y redes sociales, ¿refleja realmente el sentimiento de la mayoría de los votantes dominicanos?

¿Es prudente preferir “cualquier otro” a una reelección del actual presidente? ¿Puede moral, ética o lógicamente justificarse una cuarta candidatura de Leonel Fernández mientras se execra una tercera de Medina?

¿Si Danilo no va, su gente dizque temerosa de futuras persecuciones judiciales, preferirían esperar su suerte gobernando Leonel, Hipólito, Abinader u otro? ¿Solo los danilistas temen la Justicia? ¿Si tantos rechazan que el PLD siga, qué importa que vaya Danilo, Leonel o cualquiera?

¿No perderían comoquiera? ¿Por quién votará la mayoría silente anteriormente tan decisiva? Si Danilo decide lanzarse, ¿aumentará la presión antirreeleccionista o lo apoyarán muchos zaramagullones? ¿Cuáles intenciones traería un nuevo Gobierno? Una meditación serena quizás evitará muchos sobresaltos.