Las olas de calor no solo pueden producir deshidratación e insolación, también afectan la salud reproductiva masculina.
Seguramente ya hayas escuchado muchas veces sobre las consecuencias negativas que trae el cambio climático, como el aumento de las temperaturas globales que está derritiendo los glaciares y elevando el nivel del mar.
Quizás incluso experimentaste otra de sus características, los eventos meteorológicos extremos, como las olas de calor y sequías, los huracanes y las inundaciones, que han devastado a ciudades enteras y llevado a muchas personas a tener que emigrar.
Pero ahora algunos científicos están alertando sobre otra consecuencia mucho menos obvia de estos fenómenos: su impacto negativo sobre la reproducción humana. Más concretamente, sobre la fertilidad masculina.
Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Singapur en abril, que analizó el semen de 818 hombres, determinó que el calor extremo casi duplicó -aumentó en un 46%- las chances de tener un recuento bajo de espermatozoides, lo que dificulta la procreación.
El resultado fue similar al de otro trabajo realizado por expertos chinos en 2023, sobre la base de casi 2.200 muestras, que concluyó que “la exposición a las olas de calor se asoció significativamente con una reducción en la calidad del semen”.
Ahora un estudio mucho más amplio y detallado, realizado en Argentina, ha logrado cuantificar más precisamente el fenómeno, aportando información clave para quienes desean tener hijos y para los expertos en fertilidad.
Los investigadores del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme), que forma parte del prestigioso Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), analizaron las muestras de semen de 54.907 hombres de entre 18 y 60 años, recopilados por un laboratorio privado de la Ciudad de Buenos Aires a lo largo de 19 años.
Estos datos fueron entrecruzados con la información climática provista por el Servicio Meteorológico Nacional durante el mismo período, entre 2005 y 2023.
Así lograron determinar que la exposición a olas de calor reduce en un 10% la cantidad de espermatozoides mótiles (los que tienen capacidad de desplazarse y son considerados fértiles).
También encontraron que genera una menor proporción de espermatozoides con formas normales.
El trabajo fue publicado en la revista Science of the Total Environment.
Mónica Vazquez-Levin, directora del Laboratorio de Estudios de Interacción Celular en Reproducción y Cáncer del Ibyme, quien coordinó la investigación, dijo a BBC Mundo que el estudio demuestra que la exposición a olas de calor es un factor a tener en cuenta a la hora de buscar un hijo, al igual que otras variables más conocidas que también disminuyen la calidad seminal, como la obesidad, el cigarrillo y el consumo excesivo de alcohol.
Cómo y por qué afecta el calor
El motivo por el que las olas de calor reducen la fertilidad masculina es el mismo por el que se aconseja a quienes quieren ser padres no utilizar calzoncillos ceñidos ni pasar mucho tiempo en baños o jacuzzis calientes.
Básicamente, porque el calor afecta a los testículos, donde se producen los espermatozoides.
No es casual que estos órganos reproductivos masculinos sean externos. Evolucionaron de esa forma para que la temperatura testicular sea unos grados por debajo de la temperatura corporal.
Esto es clave para lograr una producción espermática eficiente.
Gustavo Verón, quien encabezó este trabajo, explicó que “uno de los efectos de las temperaturas más altas es que generan un estado inflamatorio que viene acompañado de la producción de unas sustancias que resultan tóxicas para el núcleo de los espermatozoides y de las células germinales que están en el testículo”.
Los científicos lograron identificar en qué momento del período de desarrollo de los espermatozoides -que dura unos 90 días- se produce el daño por la exposición a una ola de calor, un fenómeno que se caracteriza por al menos tres días consecutivos en los que la temperatura mínima supera los 22ºC y la máxima, los 32,3ºC.
“Encontramos que aquellos que habían estado expuestos a olas de calor al principio de su desarrollo de los espermatozoides tenían una calidad del semen inferior a los que estuvieron expuestos al final”, señaló el científico a BBC Mundo.
En otras palabras, lo que se afectó fue la espermatogénesis, la primera etapa en la producción de esperma.
Este dato es importante porque significa que se debe prestar atención a las condiciones climáticas existentes tres meses antes de que se busque la fecundación.
La buena noticia
Un estudio anterior realizado por el mismo equipo, en el que se analizó el impacto sobre la fertilidad masculina de las distintas temperaturas durante las cuatro estaciones del año mostró que la calidad seminal mejora en los meses de frío.
Ese y otros estudios científicos sugieren que el daño causado por el calor es solo temporal y puede revertirse.
Vazquez-Levin destacó que esta información es particularmente relevante para quienes estén realizando análisis de esperma para conocer su nivel de fertilidad.
“Es muy importante que cuando un hombre va a hacerse un estudio de semen y sus resultados son monitoreados por el médico, que se tenga en cuenta este factor«, dijo.
Según la experta, si en los tres meses anteriores hubo calor extremo, es recomendable hacer un segundo análisis.
Por su parte, Verón detalló las condiciones climáticas que generan el mayor daño: «Lo que más afecta es la duración de las olas de calor y el efecto es peor por encima de los 29ºC».
También dijo que la reducción en la calidad del semen se vio en todos los grupos etarios, aunque en los mayores de 40 «no solo se vio afectada la cantidad de espermatozoides y las formas normales, sino que también tenían disminuidos el porcentaje de espermatozoides vivos y con capacidad de moverse».
Un problema mundial
Aunque una caída del 10% en la cantidad de espermatozoides fértiles puede no sonar muy grave, para algunos hombres puede marcar la diferencia entre tener o no un hijo.
«Quizás esa bajada no le afecta tanto a una persona que tiene mayor cantidad de espermatozoides en su semen, pero quienes tienen valores más en el borde, pueden verse más afectados«, señala la tercera integrante del equipo investigativo, Ania Manjon, especialista en infertilidad masculina.
Este efecto perjudicial del calor no solo es preocupante porque, según los expertos climáticos, es esperable que cada vez haya más eventos extremos como las olas de calor.
También se suma a otros factores que han afectado la fertilidad masculina en los últimos años y que han llevado a una caída en la cantidad de espermatozoides a nivel mundial.
Una investigación realizada en 2022 por la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, y en la escuela de medicina del Monte Sinaí, en Estados Unidos, estimó que la concentración de espermatozoides que liberan los hombres durante la eyaculación ha caído un 51% durante los últimos 50 años.
Si bien Verón afirma que otros trabajos sugieren que la caída fue menos pronunciada (más cercana al 10%), no hay dudas de que los hombres son cada vez más infértiles.
No obstante, Vazquez-Levin observa que en la mayoría de los países no se están tomando medidas para enfrentar el problema.
«Estamos pensando en cómo el cambio climático va a afectar los suelos, las distribuciones poblacionales en las grandes urbes con la gente yéndose de las costas, y no estamos pensando en algo tan fundamental como es la reproducción humana, que va a hacer que nuestra especie siga en la faz de la Tierra».
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