Ignorancia
Hay una franja relativamente importante de jóvenes urbanos, desafortunadamente cegados por el bombardeo constante de quejas y lamentaciones, como las de un abogado comunista de Santiago, según quien, en seis décadas, los pobres del país siguen igual que antes de la Revolución de 1965.
¡Qué disparate! Igual o peor que como estábamos hace seis décadas están Cuba, Nicaragua o Venezuela. Es innegable que el brinco enorme que ha experimentado nuestra república ha sido disparejo y que hay un abismo socioeconómico entre los más ricos y los más pobres.
Pero rehusar reconocer que hemos pasado a ser una de las democracias más exitosas y prósperas es un despropósito.
Lo que más molesta a quejosos de izquierda es que la movilidad social, oportunidades y demás progresos se deben sobre todo al sector privado, desde empresarios hasta emprendedores y chiriperos, no a sus falsos ídolos que tras perder la guerra del ‘65 quisieron seguir combatiendo a tiros y volvieron a perder en ese campo y también en todas las elecciones.
Cada vez que oigo a ciertos añépidos e ignorantes postular doctamente sus resentimientos, me parece escuchar a quienes creen que la Tierra es plana. Pensar que sus votos cuentan igualito que los de cada ciudadano consciente me aterra, porque son muchísimos…
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