Por primera vez desde 1950 se celebró ayer una homilía sin feligreses en la Basílica de Higüey por el coronavirus. archivo
Santo Domingo.-Por primera vez la Iglesia Católica conmemoró el ayer el Día de la Virgen de La Altagracia con una vigilia transmitida por los medios electrónicos y sin la peregrinación presencial de los miles de devotos que cada año van a la Basílica de Higüey en busca del favor de la madre espiritual del pueblo dominicano.
Esta vez, la Covid-19 impuso una veneración desde cada hogar, donde las familias se unieron a partir de las 12:00 a. m. en la vigilia “Por amor a la virgen”, auspiciada por el Banco Popular Dominicano, en la que se proyectó desde lo alto la Basílica Catedral Nuestra Señora de la Altagracia, que justo ayer cumplió 50 años, y de su entorno.
El festejo religioso lo encabezaron el obispo de la Diócesis de Higüey, monseñor Jesús Castro Marte, junto a monseñor Antonio Camilo, obispo emérito de la Diócesis de La Vega, quienes acapararon la atención de la feligresía.
Desunión
Al oficiar la eucaristía central, monseñor Castro Marte afirmó que la emergencia del coronavirus ha desnudado una vez más la mayor debilidad de la población, que es la desunión, por lo que pidió a la Virgen que le dé al pueblo espíritu de unidad, ya que “todos estamos obligados a remar juntos porque del Covid-19 nadie se salva solo”.
Tras describir la realidad que aqueja al pueblo y pedir orar por todo lo que le hace perder la paz, como la inseguridad, violencia de género, la crisis económica, la falta de fuentes de trabajo, y los ataques ideológicos contra la vida humana, pidió a la Virgen que interceda ante esa situación.
Corrupción
Castro Marte enfatizó en que el respeto sea parte de la vida cotidiana y sostuvo que la corrupción es un acto pecaminoso que mantiene a un gran sector de la población en la miseria.
“Apoyemos la decisión valiente de las nuevas autoridades que se han pronunciado contra la corrupción, esa lacra que está destruyendo la sociedad de la República Dominicana”, puntualizó el obispo en la solemne eucaristía.
También se refirió al papel y compromiso de la iglesia para enfrentar los desafíos de la sociedad dominicana, levantando la moral y la dignidad del pueblo sin detenerse al margen de la defensa del bien y la justicia.
Insistió en que “ya basta de sembrar odio, división y conflictos; es tiempo de encuentros entre los dominicanos y dejar de lado los intereses personales y grupales para sumar muchas voluntades en aras de un mejor país como lo sonó Juan Pablo Duarte”, enfatizó Castro.
Entre otros aspectos, deploró “la explotación de la Madre naturaleza, que esta llorando su destrucción, como ha afirmado el papa Francisco”.
Exhortación
—1— Cuidarse
Insta a la población a protegerse unos y otros sin hacerse daño, cuidando la familia, la naturaleza, niños y adultos mayores.
—2— Deseo Virgen
Que se cuiden los valores, la fraternidad y el amor, dejando de lado la envidia.
—3— Panorama
Castro recreó las necesidades materiales, espirituales, personales y comunitarias que envuelven al país.