Mil problemas agobian al país pero para el Colegio Médico ninguno es mas importante que aumentarle 15 % al salario de una parte de sus afiliados que son empleados públicos.
Y como esa exigencia es asunto de vida o muerte, mañana harán una huelga paralizando todos los hospitales públicos del país.
Habrán de sentirse orgullosos, dignos de su juramento hipocrático, al castigar a los más desprotegidos, los pobres pacientes de la salud pública oficial, para satisfacer sus afanes sindicalistas.
Un doctor en Medicina, como fue mi bisabuelo y es uno de mis hijos, no es un obrero ni mero empleado, sino un profesional cuyo ejercicio casi nunca es exclusivamente en hospitales.
Al hospital público los médicos van a servir, retribuirle a la sociedad, pues si su vocación fuera puramente mercurial deberían dedicarse sólo al ejercicio privado.
Es desolador que el Colegio Médico Dominicano, la asociación profesional más antigua del país, esté reducida a mero sindicato de carpetosos, divorciado del prestigio de tan noble profesión.
La tan mentada corrupción muchas veces es mental.