La inteligencia artificial (IA) es una de las mayores tendencias en la historia de la revolución digital que vivimos desde hace décadas.
Desde la puesta en marcha de la IA generativa, hemos sido testigos del gran impacto de su implementación en los diversos espacios de la vida humana.
Según un informe de McKinsey & Company, el uso de IA podría generar un impacto económico de entre 13 y 16 billones de dólares anuales para 2030 (Manyika et al., 2018).
Los individuos y organizaciones están incrementando el uso de herramientas de IA para muchas de sus tareas diarias.
En este contexto mundial, ¿puede la administración pública estar al margen de dicha innovación tecnológica? ¿Cuáles serían las claves principales a considerar para aplicar con éxito la IA en la gestión gubernamental?
Es fundamental que, dentro de un marco normativo, podamos identificar las necesidades de automatización con IA en los procesos de nuestras organizaciones.
Un estudio del Foro Económico Mundial sugiere que la IA puede automatizar hasta el 30 % de las tareas administrativas, lo que resultaría en una mayor eficiencia (World Economic Forum, 2020).
Después de esto, debemos determinar cuáles son las herramientas de IA más adecuadas para solucionar nuestras necesidades de digitalización.
Por último, es esencial contar con un equipo de profesionales y expertos, tanto internos como externos, que puedan acompañarnos en la implementación exitosa de un proyecto de IA en las diversas agencias de gobierno.
Algunos ejemplos prácticos que se pueden desarrollar incluyen una plataforma de inteligencia artificial que analice en tiempo real el gasto público y las actividades gubernamentales para asegurar transparencia y reducir la corrupción.
En Estonia, por ejemplo, el gobierno ha implementado sistemas de IA para detectar irregularidades en las licitaciones públicas, lo que ha aumentado la transparencia y reducido la corrupción (European Commission, 2020). También se puede crear un asistente virtual basado en IA para ofrecer servicios gubernamentales personalizados y asistencia 24/7 a los ciudadanos.
En fin, son muchos los ejemplos concretos en los cuales una solución de IA puede mejorar significativamente la eficiencia del servicio público, así como fomentar la transparencia en las ejecutorias de los órganos de gobierno.
Debemos, y podemos, seguir el camino de la aplicación de IA para tener una administración pública más eficiente y transparente.