En un night club periférico, tiznao anuncia un personaje andrógino, el huracán que arrasará identidades, matará ciertas dudas y no podrá -a pesar de sus vientos implacables- sacar de cuajo la verticalidad con que nos miramos, relacionamos y oponemos los tripulantes de esta desazón insular llamada República Dominicana. Los espectadores, los principales personajes de la trama. El registro por momentos -que sería referencia recurrente en el trayecto- evoca una de esas atmósferas ensoñadoras de Nicolas Winding Refn.
Aunque figuren numerosos planos subjetivos del día, la noche casi eterna signa el destino de los protagonistas: Una millonaria heredera, interpretada por una enigmática y orgánica Sarah Jorge, quizás en su mejor papel, a punto de casarse con el predestinado hombre fuerte del poder político. Ella, desvela deseo, sexualidad clandestina y una pulsión tan liberadora como incontrolable; un veterano policía en clave noir, en un impagable Félix Germán, agobiado de aburrimiento por el largo oficio, el traque y la ríspida relación con su hija -Judith Rodríguez- quien refracta al padre desde el night club donde es empleada; una talentosa drag queen, llevado en un contundente performance de César Domínguez, tras el infructuoso paradero de su amante escritor. Entrecruces y desenlaces violentos pregonan la condena bajo el clima abrasador caribeño, y si, divididas con mucho sentido en necesarios capítulos.
Candela fue gestada por su director, Andrés Farías y el productor, Pablo Lozano, desde que estudiaban en el Ágora cinematográfica del Caribe, San Antonio de los Baños hace ya más de 10 años. Basada en la novela homónima del escritor Rey Andújar, el filme prodiga la prosa rítmica, horizontal y mestiza del talentoso dominicano; privilegia el sórdido neón de las noches junto a un fino diseño sonoro que remite indefectible al mundo de Lucrecia Martel. Farías hace galas de su talento en este departamento en todo el metraje, hallando su mayor esplendor en la historia de la millonaria heredera, donde su aislamiento está comprendido por estas sutilezas del fuera de campo.
En estos tiempos de avance en el registro formal del cine dominicano y preocupantes atascos en la concepción y desarrollo de historias, Candela llega para quedarse porque tiene muchos sellos distintivos no solo del dominicano, sino del ser caribeño; quizás porque está constituida también por un manifiesto llamado Caribe Pop que va definiéndonos como estos seres batalladores, alegres pero con toque de inasibilidad, evasión y tendencia a heredar problemas de nuestros difuntos.
Lo que en “primer mundo” puede ser una muerte liberadora -Ver Morvern Callar (Lynne Ramsay, 2002), divina emancipación en clave densa-, para los que quedan, implica el inicio de otra muerte, pero en vida, como la historia de cierre que estelariza César Domínguez en esta ópera prima, que lo lleva al límite de su resistencia. Solo nos queda eso, resistir aunque sepamos el resultado.
FICHA TÉCNICA
Director: Andrés Farías.
Guion: Rey Andújar, Laura Conyedo y Andrés Farías.
Actuaciones de: Sarah Jorge León, César Domínguez, Félix Germán, Judith Rodríguez, Pepe Sierra, Gerardo (El Cuervo) Mercedes, Ruth Emeterio, Cindy Galán, Richardson Cruz, Lidia Ariza.
Productor: Pablo Lozano.
País: República Dominicana / 2021.