Huawei sigue perdiendo terreno en algunos países.
El fabricante chino de teléfonos inteligentes anunció este jueves que el gobierno australiano prohibió sus proyectos de proporcionar tecnología 5G para las redes inalámbricas del país, una decisión que se suma a las restricciones contra la compañía ya implementadas por Estados Unidos.
De acuerdo con el comunicado, la empresa de comunicaciones china ZTE también fue prohibida para estos proyectos por las autoridades de Camberra.
«Este es un resultado extremadamente decepcionante para los consumidores», escribió Huawei en Twitter.
El anuncio sigue a informes recientes de que las agencias de seguridad nacional australianas estaban preocupadas por presuntos vínculos entre las telefónicas chinas y el gobierno de Pekín.
Huawei ha rechazado reiteradamente estas denuncias y asegura que son una empresa privada, sin otros accionistas.
El gobierno australiano aseguró en un comunicado en el que no menciona a las dos compañías chinas que las empresas que «probablemente estén sujetas a instrucciones extrajudiciales de un gobierno extranjero» podrían presentar un riesgo de seguridad.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lu Kang, respondió que Australia no debería «usar varias excusas para erigir barreras de forma artificial» y que debería abandonar «los prejuicios ideológicos» y proporcionar «un entorno competitivo justo para las empresas chinas».
Pero ¿de dónde vienen las sospechas contra estas compañías?
Origen de las denuncias
Según la ley china, las empresas deben cooperar con los servicios de inteligencia, por lo que desde hace meses analistas y servicios de inteligencia han advertido que los equipos producidos por firmas como Huawei y ZTE podrían verse comprometidos.
La prohibición del gobierno de Australia se centra específicamente en la tecnología 5G, una forma más veloz de conexión que, de acuerdo con algunos expertos, podría entrar en función a partir de 2020.
De acuerdo con Mark Newman, de la consultora ConnectivityX, a medida que avanzamos hacia esta nueva tecnología, una mayor proporción de la red está controlada por programas informáticos. De ahí los peligros de seguridad que algunos alertan.
«En este ámbito de los software, las preocupaciones sobre quién está administrando la red y de dónde provienen se incrementan», asegura el experto.
La compañía china es el mayor productor mundial de equipos de telecomunicaciones y ocupa el segundo lugar en ventas mundiales de teléfonos inteligentes, detrás de Samsung y por delante de Apple.
Otras prohibiciones
A inicios de este año, Estados Unidos anunció restricciones para que Huawei y ZTE pujaran por contratos en su territorio y hace poco, prohibió a funcionarios del gobierno o militares usar teléfonos de estas compañías chinas.
En julio, un comité de seguridad de Reino Unido advirtió que tenía «solo una garantía limitada» de que los equipos de telecomunicaciones de la empresa china no representaban una amenaza para la seguridad nacional.
El Centro Nacional de Seguridad Cibernética de ese país también advirtió que el uso de los equipos y servicios de ZTE podría representar un riesgo para la seguridad nacional.
Desde su fundación en 1987, Huawei se ha convertido en uno de los principales proveedores de equipos de telecomunicaciones a nivel mundial.
La empresa tiene cerca de 180.000 empleados y alcanza con sus productos a «más de un tercio de la población mundial», según afirma en su sitio.