HP se divide para dejar de ser la estrella declinante de Silicon Valley

HP se divide para dejar de ser la estrella declinante de Silicon Valley

HP se divide para dejar de ser la estrella declinante de Silicon Valley

San Francisco.- Actor histórico de la informática estadounidense y mundial, el grupo Hewlett-Packard (HP), hoy en decadencia, apuesta a dividirse en dos para poder mantenerse competitivo a la hora del auge de Internet y de los teléfonos móviles.

La operación, decidida el año pasado, se oficializa este domingo y el viejo mastodonte será remplazado el lunes en la bolsa de Nueva York por dos nuevas empresas.

La presidenta Meg Whitman conservará el comando de HP Entreprise, centrada en los servicios y los productos para empresas.

Mientras, Dion Weisler encabezará HP Inc, que mantiene las operaciones históricas de la vieja compañía en impresoras y computadoras.

Esta operación desmantela al gigante mundial de la informática soñado por Carly Fiorina, que hoy se vanagloria de su experiencia como directora de HP en la campaña para la investidura republicana para las próximas elecciones presidenciales estadounidenses.

Al adquirir Compaq en 2002, Fiorina condujo a HP al primer lugar mundial en el rubro de las computadoras personales.

Pero el grupo, que por entonces parecía estar en su punto más alto, debió posteriormente despedir a tres de sus directores, gastó decenas de miles de millones de dólares en adquisiciones que a menudo resultaron desastrosas y suprimió una enorme cantidad de puestos de trabajo.

«La historia demostró que HP podría haber ocupado su tiempo de otra manera. Cuando uno compra los problemas de otro, debe prestar mucha atención», indica a la AFP Peter Burris, analista de la consultora Forrester.

El actual «es un mercado diferente», que reclama «empresas más concentradas y reactivas que en la época de Carly Fiorina, donde lo principal era rivalizar con IBM, no con Amazon», dice Tom Bittman, de Gartner.

«El mercado de la informática cambia rápidamente, y es muy difícil administrar el hecho de ser una gran empresa con gran diversidad de actividades», señaló Bittman al calificar de «sana» la estrategia asumida por HP al dividirse.

Sin embargo, no hay que esperar milagros, advierten los analistas. Todo dependerá de la implementación de esa estrategia, un punto que no ha sido precisamente uno de los fuertes de los directivos de HP en estos últimos años.

Peter Burris estima de todas maneras que bajo la conducción de Meg Whitman se han notado en la empresa «signos de vida».

El garaje en el que Bill Hewlett y Dave Packard concibieron sus primeros aparatos en los años 1930 es considerado el lugar de nacimiento de la Silicon Valley, cuyo ascenso fue acompañado por HP.

El grupo tuvo también un papel piloto en importantes cambios producidos en la organización del trabajo y en la generalización del ‘open space’ o el horario flexible, cuya introducción en Estados Unidos en los años 1970 HP reivindica.

Hoy, sin embargo, parece haber sido superado por los reyes de internet y de los móviles. Símbolo de esa decadencia es que HP vale en la actualidad sólo 50.000 millones de dólares en la bolsa, menos de la mitad de su volumen de negocios anual y seis veces menos que Facebook, diez veces menos que Alphabet (ex Google) y catorce menos que Apple, con casi 700.000 millones de dólares la mayor capitalización mundial.

La dirección de HP espera dar vuelta la página con dos sociedades más ágiles y más aptas para captar las oportunidades de crecimiento, invertir o apostar a nuevos mercados, como la impresión en 3D.

«HP sigue teniendo una muy buena base de clientes» y «muchos buenos trabajadores», lo que le ha ayudado a mantenerse a flote «durante más de 15 años de muy malas decisiones» empresariales, reconoce Peter Burris.

Sin embargo, la oferta de productos debe evolucionar, en particular en lo que tiene que ver con los programas, dicen tanto Burris como Bittman.

Este último considera de todas formas que la nueva HP «está bien posicionada para ayudar a sus clientes» en el híbrido ambiente actual, en el que los nuevos servicios en línea se suman a los sistemas informáticos tradicionales.