La explosión dejó varios muertos y heridos, además de provocar daños a varios inmuebles. Foto: Eliezer Tapia/El Día.
Santo Domingo.- Hoy se cumple un año del trágico evento que conmocionó al país: la devastadora explosión en San Cristóbal, que cobró la vida de más de 40 personas y dejó una profunda herida en la memoria del pueblo dominicano.
A las 3:23 de la tarde, un estruendoso estallido sacudió la ciudad, sumiendo a sus habitantes en un caos inimaginable. La explosión, de magnitud devastadora, fue seguida por una densa humareda visible desde la distancia, evocando escenas dignas de una película de terror.
Los gritos de desesperación y angustia de los familiares que corrían en busca de sus seres queridos resonaron en las calles, mientras se enfrentaban a la dolorosa realidad de que las probabilidades de hallar sobrevivientes eran extremadamente bajas.
Durante días, la ciudad se vio inmersa en un esfuerzo continuo por recuperar los cuerpos de las víctimas. Los equipos de rescate trabajaron incansablemente en medio de los escombros, mientras la población se mantenía en estado de shock y duelo.
El 14 de agosto de 2023 quedará grabado en la memoria de aquellos que perdieron a sus seres queridos. Para muchos, el dolor fue aún más profundo al no poder encontrar los cuerpos de sus familiares para darles una sepultura digna.
La angustia de aquellos que esperaron en hospitales y centros de salud, con la esperanza de encontrar a sus seres queridos, se mezcló con la desesperanza cuando esa esperanza no se materializó.
Grandes héroes sin capa, como los bomberos, los miembros de la Defensa Civil, la Cruz Roja y los cuerpos castrenses, se mantuvieron en la primera línea de acción durante esta tragedia. Trabajaron incansablemente, las 24 horas del día, para rescatar a los sobrevivientes y, posteriormente, para retirar los escombros generados por la devastadora explosión.
Este aniversario nos recuerda la fragilidad de la vida y la fuerza de la comunidad en tiempos de adversidad, así como el impacto duradero de un evento que dejó cicatrices en el corazón de todos los afectados.