Hora de tanques contra la corrupción

Hora de tanques contra la corrupción

Hora de tanques contra la corrupción

Carlos Salcedo

Entre los juegos tradicionales que la era de la modernidad líquida (Bauman), de la posverdad, el relativismo, las fake news, el lawfare y la pos y la ciberdemocracia ha abandonado, está el “amagar y no dar”, en el cual uno de los jugadores levantaba la mano como para dar a otro un golpe, tratando de no llegar a dárselo, porque de lo contrario perdía, como parte de “un pellizquito y mandarse a huir”.

El de la información liquida es un fenómeno caracterizado por circunstancias en las que más vale el cómo y no el qué, los hechos objetivos tienen menos influencia en la formación de la opinión pública que la apelación a las emociones y creencias personales.

De poco sirve la información sólida, verificada, documentada y razonada, con la consecuente manipulación de la opinión pública para propósitos políticos y sociales coyunturales, particulares e interesados. Lo objetivo y racional ceden el paso a lo emocional y a las “verdades” personales, no verificadas en los hechos.

El auge y fortalecimiento de los medios alternativos como el Ínternet y las redes sociales digitales, van dejando atrás los medios tradicionales de comunicación. Los blogs personales, Whatsapp, Telegram, WeChat y las redes sociales como Facebook, Youtube, Instagram, Twitter, LinkedIn, Skype, Snapchat y Pinterest movilizan masas y generan resultados hasta hace poco inimaginables.

Las noticias falsas vulgarizan la mentira y relativizan la verdad, lo que reduce la credibilidad de los medios de comunicación frente a las opiniones personales. Se construye una verdad según los intereses e ideologías particulares en lugar de comunicar lo verdaderamente ocurrido.

Tomarse en serio la institucionalidad es no banalizar los procesos judiciales y sus precedentes investigaciones para que no sean simples e irresponsables instrumentos políticos de distracción, para tapar verdaderos corruptos y mancillar nombres, llevándose de encuentro todo el debido proceso y empleando estrategias de medios que hagan ver la mentira como verdad.

Estamos ahítos de fuegos artificiales judiciales. Atrás deben quedar el amague, el topaito y el pellizquito. Espero que haya llegado la hora de los tanques de guerra, que puedan terminar con el principal enemigo de nuestro desarrollo: la corrupción.



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