Nassef Perdomo Cordero, abogado.
La pandemia que azota al mundo presionará a nuestras instituciones sociales, políticas y económicas hasta llevarlas al límite. No sabemos la magnitud final del impacto que tendrá, pero sin duda nos encontramos ante un momento histórico.
Y hacer conciencia de ello nos debe servir para entender que no podemos actuar en las formas habituales.
En estas circunstancias necesitamos poder reflexionar y tomar decisiones que tendrán consecuencias profundas a corto, mediano y largo plazo. Para ello es invaluable la capacidad de intercambiar ideas y opiniones sobre estos retos y las posibles soluciones.
Pero esto requiere que superemos un problema que arrastramos desde antes de que se declarara esta crisis: la dificultad para debatir sin convertirlo en un conflicto personal.
Muchos dominicanos confunden la disidencia con la carencia de virtud y la intransigencia con firmeza en los principios Ni una cosa ni la otra es cierta, todo lo contrario. Su efecto no es traer sinceridad al debate, sino impedir la deliberación, tan necesaria en momentos de crisis como el actual. Creernos monopolistas de la verdad es incompatible con escuchar a los demás, que es lo que más necesitamos en este momento.
Ninguno de nosotros concentra todas las respuestas a este problema, porque no son unidimensionales. Aprovechar esta circunstancia para ajustar cuentas personales, o para pretender desprestigiar a los demás no es sólo un ejercicio inútil, sino un obstáculo para la búsqueda de salidas al laberinto en el que nos va metiendo la pandemia.
Admito que es particularmente difícil porque este reto ha coincidido en el tiempo con un torneo electoral, y los actores políticos no dejarán de actuar en consecuencia. Esto es parte de nuestra desgracia. Sin embargo, los ciudadanos no estamos conminados a seguirles la corriente.
En la medida de lo posible, mantengamos nuestra atención en lo que verdaderamente nos debe ocupar: la superación de esta infausta situación.
Los meses y años por venir requerirán de todos los recursos que tengamos a nuestra disposición para poder salir adelante. Aunque no es algo tangible, la capacidad de entendernos es uno de los más importantes. No lo desperdiciemos.
